sábado, julio 21, 2012

*PHILBY MAESTRO DE ESPÍAS p. PHILLIP KNIGHTLEY*


*Harold Adrian Russel (“Kim”) Philby fue la figura más notable del espionaje. *

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

Durante nueve años ascendió de rango en rango en el Secret Intelligence (SIS) de Gran Bretaña hasta convertirse, en 1949, en el agente británico de enlace en Washington entre la Central Intelligence Agency (CIA) y el Federal Bureau of Investigation (FBI), un puesto de importancia vital en la guerra del servicio de inteligencia occidental contra la Unión Soviética. Se le preparaba para que asumiera el cargo de “C”, de jefe del servicio británico.

Sin embargo, durante todo el tiempo PHILBY trabajaba para el KGB: KOMITET GOSUDERSTENENNOY BEZOPASNOSTI (COMITÉ DE SEGURIDAD DEL ESTADO).SERVICIO DE CONTRAESPINAJE SOVIÉTICO. 1) Servicio secreto de inteligencia británico, también conocido como MIG (antiguamente era la sección 6 de la Inteligencia Militar). Se ocupa de obtener información en el extranjero y de otros servicios estratégicos. 2) Servicio estadounidense de espionaje e inteligencia exterior (CIA) y de contraespionaje interior (FBI).  

Fue reclutado al licenciarse de Cambridge y se le encomendó una tarea para toda su vida: infiltrarse en el SIS. Esa extraordinaria impostura hizo de PHILBY  el agente infiltrado más célebre de la historia, un espía soviético con acceso a una completa variedad de secretos británicos y americanos. En verdad, PHILBY fue descubierto antes de que pudiera convertirse en “C” y debió huir a MOSCÚ en 1963, pero, de todos modos, fue enorme el daño que causó a los servicios de inteligencia occidentales. Cuando en 1967 se hizo público el verdadero rol de PHILBY, MILES COPELAND,  un ex funcionario de la CIA que conocía a PHILLBY, comentó: “Haciendo un balance de todo el período de 1944 a 1951, dejando de lado lo que (PHILBY) recogiera en otras ocasiones, todos los esfuerzos de los servicios de inteligencia occidentales, que fueron considerables, dan como resultado algo que podría denominarse una ventaja negativa. Nos hubiese convenido más no hacer nada”. Antiguamente era la Sección 5 de la Inteligencia Militar. Su función principal es la de proteger los secretos británicos de espías extranjeros. Se han escrito muchos libros y cientos de artículos sobre PHILBY. El mismo escribió MY SILENT WAR, una versión autorizada por el KGB de su carrera de espionaje, que se publicó en 1968. Pero aparte de reunirse en esa en esa época con un corresponsal de The Sunday Times (ST), MURRAY SAYLE –para discutir la publicación de su libro-, durante los últimos veinte años de su vida PHILFY evitó cuidadosamente a todos los periodistas occidentales.


Vivía en una dirección secreta de Moscú. Su teléfono no aparecía en la guía. Él se mantenía alejado de los lugares públicos y cuando salía, su agente de seguridad del KGB controlaba todos sus movimientos. Durante esos años, una o dos veces, PHILBY se topó por casualidad con un corresponsal occidental: una vez en el Bolshoi, por ejemplo. En tales ocasiones se marchaba inmediatamente. Nunca hablaba de su trabajo ni de sus sentimientos, ni siquiera con sus amigos de Moscú.

Sin embargo, poco antes de su muerte en mayo de 1988, en la seguridad de su departamento y en un tranquilo restaurante georgiano, me reuní con PHILFY, que me había invitado, y sostuvimos una conversación durante unas veinticinco horas.

Habló de sus primeros años de vida, de su noble padre (HARRY ST. JOHN PHILBY, FAMOSO ARABISTA), de trágica madre, de su infancia en la India. Me relató su época en la escuela, su período en Cambridge y los orígenes de sus convicciones políticas. Se refirió luego al denominado “Círculo de Cambrigde” de ESPÍAS, fuente de fascinación tanto para el FBI como para el Servicio de Seguridad británico (MI5) desde comienzos de la década de los cincuenta. Nombró por primera vez al hombre que le condujo a los RUSOS y que le dijo que ellos tenían una tarea para él que morir por el COMUNISMO en un campo de batalla extranjero.
Habló de su primer amor de su vida, una muchacha vienesa, así como del trabajo clandestino de ambos ayudando a comunistas y socialistas a huir de AUSTRA en la época peligrosa pero estimulante de 1933-1934, cuando derecha e izquierda chocaban en las calles de una de las capitales más encantadoras de Europa. PHILFY recordó su tiempo en ESPAÑA como corresponsal de guerra para THE TIMES  de Londres, donde cubría la guerra civil desde el lado del dictador fascista, el general FRANCO: fue parte del plan PHILBY de construirse una fachada de derechista para ocultar su anterior posición pública como SOCIALISTA.
PHILBY habló luego con cierto orgullo de su trabajo para el SIS en la batalla de los servicios de inteligencia contra ALEMANIA durante la Segunda Guerra Mundial, reveló un plan suyo para asesinar al ALMIRANTE WILHELM CANARIS,  jefe de la ABWEHR (servicios de inteligencia militar alemanes), e insinuó que el jefe de SIS de época de guerra, el general SIR STEWART MENZIES, había vetado el plan por dudosas  razones políticas. Hablo del que consideraba su principal servicio para los RUSOS durante la guerra y que, en el caso de ser cierto, muy bien pudo haber alterado el curso de la historia.
PHILBY se refirió a su parte en la tarea de frustrar las acciones de los servicios de inteligencia occidentales contra el bloque soviético en los primeros tiempos de la GUERRA FRÍA, aunque se cuidó de no revelar los métodos operativos del KGB, de los amigos y enemigos que se granjeó en el mundo de los servicios de inteligencia norteamericanos, de los agentes cuya capacidad respetaba y admiraba y de aquellos por los que no sentía más que desprecio. Luego describió con todo detalle el error de juicio que cometió en WASHINGTON  y que hizo que empezara a descubrirse su carrera en el KGB, y la desesperación con que MOSCÚ TRATÓ DE CORREGIR LA SITUACIÓN AL VER A SU AGENTE ESTRELLA PERDÍA EL CONTROL a causa de un amigo en el que había confiado erróneamente.
PHILBY, con su carrera en ruinas tanto en el SIS como en el KGB, parecía estar acabado: contó cómo había pasado varios años tratando de aceptar su fracaso. Luego se fue a pique una operación encubierta del director del FBI, J. EDGAR HOOVER, que se sentía personalmente traicionado, y, en lugar de exponer a PHILFY, le dio un nuevo período de vida como espía. El gobierno británico lo rehabilitó y PHILFY me contó cómo sus antiguos amigos del SIS lo readmitieron en el servicio – como agente en BEIRUT- sin hacérselo saber siquiera a los norteamericanos. Luego hizo la sorprendente declaración de que cuando el SIS finalmente tuvo pruebas de que él había estado trabajando todo el tiempo para los RUSOS, decidió impulsarlo a la DEFECCIÓN, antes de encarar el escándalo que su arresto provocaría en LONDRES y WASHINGTON. Admitió que esa táctica del SIS había servido y recordó cómo había decidido huir de BEIRUT. Describió su huida y lo que le sucedió al poner pie en suelo soviético.
Pero fue cuando nuestras conversaciones versaron sobre su época en la UNIÓN SOVIÉTICA que PHILFY pareció desnudar su alma. Dijo que al principio todo había ido bien pero que luego hubo un período de duda y de decepción; el kgb pareció haberlo desechado, no había ninguna mujer en su vida, el whisky era su único consuelo y los fines de semana estériles eran la norma. Después de algunos años así, dijo PHILBY, había encontrado un amor tardío pero verdadero en una mujer maravillosa que era ahora el centro de su vida. El KGB  lo había rehabilitado y ahora, a los setenta y seis años, una vez más estaba activo en la guerra de los servicios de inteligencia. 
Conversamos sobre otras cosas aparte de la carrera de PHILBY. Hice todo lo posible por llegar al núcleo del hombre, tarea nada fácil con un MAESTRO DE ESPÍAS para quien el engaño es una habilidad profesional. Dialogamos sobre la ética del espionaje, la política, la motivación, la influencia de su padre, las mujeres, el matrimonio, los asuntos de actualidad, la amistad, el patriotismo, el honor, la lealtad, la traición y la condición humana.  PHILFY  me dio su opinión sobre los líderes y soviéticos, sobre AFGANISTÁN, CHINA, VIETNAM Y EUROPA. Conversó sobre sus autores favoritos de NOVELAS DE ESPÍAS, la JUVENTUD de hoy, la MÚSICA moderna y las dificultades de la vida en la UNIÓN SOVIÉTICA, pero también sobre las COMPENSACIONES. Habló de la SALUD, de la MEDICINA SOVIÉTICA, de sus finanzas, de un viaje a CUBA y sus viajes dentro del bloque ORIENTAL. Recordó a sus colegas de la CIA y a aquéllos a los que le gustaría volver a ver.
Estábamos discurriendo la mejor manera de todo cuanto me había contado. La elección parecía ser un libro, cuya redacción requeriría muchos meses, o una serie de artículos periodísticos que podrán publicarse rápidamente. “DECÍDALO USTED –DIJO PHILFY-. PERO, EN LO QUE A MÍ RESPECTA, CUANTO ANTES MEJOR”.

Por supuesto, hubo un problema en esas conversaciones. ¿Cuánto de lo que decía PHILPY era el hombre que hablaba, y cuánto era el AGENTE del KGB cumpliendo sus funciones? ¿Cuánto era información genuina y cuánto des-información? Buena parte de lo que dijo era controlable y en el relato que sigue reveló el resultado de esas verificaciones. Pero mucho de cuanto dijo no podía comprobarse sin acceso a los ARCHIVOS del SIS, EL MI5, LA CIA, EL FBI y EL KGB. 


El escritor británico de NOVELAS DE SUSPENSO, FREDERICK FORSYTH, autor de EL CUARTO PROTOCOLO, donde PHILFY ES UNO DE LOS PERSONAJES, estuvo de acuerdo. “(PHILBY) TIENE UNA PROFUNDA NOSTALGIA DE LA VIEJA INGLATERRA: lee cuantos periódicos y revistas aparecen y está siempre impaciente por resolver el crucigrama de The Times. Se desespera por mantenerse al día de cuanto sucede en GRAN BRETAÑA. Incluso llega al extremo de entrar en un bar de MOSCÚ sólo para sentarse y escuchar las conversaciones de los empresarios británicos. Por supuesto, no goza de una alta estima en el KGB. Hace años fue una de CINCO GRANDES ESTRELLAS DE LOS RUSOS: BURGESS, MCLEAN, GEORGE BLAKE  y BLUNT eran las otras. Pero ha pasado mucho tiempo. Ahora es una ESTRELLA CAÍDA que ha sido postergada y a la que ya no se consulta”. (Chrispher Wilson, “The Spy Begging ti come in from the Cold”, The Daily Express, 23 de marzo de 1988).

La revista Time decidió que cualesquiera que fuesen los motivos personales de PHILBY para conceder la entrevista, evidentemente MOSCÚ veía en ella una ventaja. Los agentes de los servicios de inteligencia, decía la revista, apuntaban que las conversaciones eran una treta de relaciones públicas para hacer que la UNIÓN SOVIÉTICA pareciera más abierta: “Dada la próxima cumbre REAGAN-GORBACHOV, no es un mal momento, desde el punto de vista de MOSCÚ, para poner en práctica esta estrategema de lo contrario inexplicable”. (Anastasia Toufexin, “PHILFY talks: Tales from the Master Mole”, revista Times, 4 de abril de 1988).

*LA PROTECCIÓN DEL KGB*

Contrariamente a lo que pudiera creerse, el KGB nunca abandonaba a quienes lo hubieran servido con lealtad y eficacia. En efecto, si bien no trataban de evitar los enjuiciamientos, los rusos siempre recurrían a mil y un argumentos para recuperarlos discretamente. Y el método más sutil que el canje de prisioneros, para lo cual ofrecían la liberación de agentes o personas occidentales que habían detenido y condenado en la UNIÓN SOVIÉTICA.
Así, en febrero de 1962 el famoso coronel RUDOLF IVÁNOVICH ABEL (en realidad WILLIAN FISHER) fue canjeado por GARY POWERS, el piloto del avión espía U-2 que fuera derribado sobre territorio soviético en 1960. GORDON LONSDALE (en realidad KONON TROFIMOVICH MOLODI) fue canjeado en abril de 1964 por GREVILLE WYNE, un hombre de negocios británico arrestado en 1963 acusado de pertenecer a la RED DE ESPIONAJE DEL CORONEL PENKOVSKY, mientras que PETER JOHN y HELEN JOYCE KROGER (en realidad MORRIS y LONA COHEN) fueron intercambiados en octubre de 1969 por GERALD BROOKE, un profesor inglés que fuera arrestado en 1965 por realizar “actividades antisoviéticas”.  
La liberación de los KROGER/COHEN resultó novedosa. En efecto, aunque eran norteamericanos de nacimiento, no demostraron muchos deseos de regresar a los EE. UU., donde sabían bien que el FBI estaría esperándolos para salvar viejas cuentas del tiempo de los ROSENBERG. De esta manera, inesperadamente surgieron o se aportaron constancias increíbles que demostraban que en realidad eran de origen POLACO, y por ello súbitamente viajaron hacia POLONIA, pero con el tiempo terminaron viviendo en MOSCÚ, bajo la protección segura del KGB.

Los últimos en ser liberados, y los únicos que no fueron canjeados, fueron HENRY F. HOUGHTON y ETHEL E. GEE, que salieron en libertad el 12 de mayo de 1970, sin llegar a cumplir totalmente la condena de 15 años que les habían impuesto. Un año después, el 20 de abril de 1971, con gran discreción HENRY y BUTNY se unían en matrimonio en las oficinas del Registro Civil de POOLE.

La protección del KGB también se hizo patente en las denuncias que hicieron los países de la órbita comunista en defensa de los KROGER (los soviéticos, por ejemplo, nunca reconocieron que los KROGER eran en realidad los COHEN), insistiendo a través de sus organizaciones paralelas y de frente común, en la inocencia de la pareja.
Ello quedo patentizado, por ejemplo, en las declaraciones y acciones desarrolladas por HORALD “KIM” PHILFY, quien en su autoexilio en MOSCÚ, donde residía gozando de las mayores prebendas facilitadas por el KGB y declarándose siempre como “un oficial activo del KGB”, siempre insistió en la inocencia de los KROGER, por cuya causa manifestó estar “personalmente interesado…por liberarlos de la cárcel”. Según afirmara PHILFY, “los KROGER son inocentes de los cargos por los cuales fueron condenados. Eran amigos personales, no políticos, de GORDON LONSDALE…”.
Fue él quien propuso “espontáneamente” en un reportaje que le hiciera el periodista británico MURRAY SAYLE, del “Sunday Times” en diciembre de 1967, el canje de los KROGER por GERALD BROOOKE, el inglés que estaba cumpliendo una sentencia en la UNIÓN SOVIÉTICA por distribuir panfletos antisoviéticos en la Plaza Roja de MOSCÚ. Canje que como sabemos, se realizó dos años después. De paso es de notar que PHILFY nunca se refirió a los KROGER por su verdadero nombre de COHEN.

Pero PHILFI hizo algo más por los KROGER/COHEN, prácticamente escribió él mismo el libro que pasa por ser las “memorias” de LONSDALE/KONON MOLODY, donde éste supuestamente cuenta sus aventuras y justifica la inocencia de los KROGER.

Sí,  verdaderamente nunca el KGB olvidaba ni abandonaba a sus más conspicuos agentes secretos. Y MORRIS COHEN, o PETER JOHN KROGER era una verdadera pieza clave en las REDES DE ESPIONAJE SOVIÉTICAS que operaban en ESTADOS UNIDOS y en GRAN BRETAÑA.

Con COHEN/KROGER desapareció el último sobreviviente de aquellas REDES (en 1970 falleció LONSDALE/) MOLODY; en 1971, ABEL; en 1992 LONA COHEN/HELEN KROGER, y PETER JOHN KROGER/MORRIS COHEN, el 23 de junio de 1995. Su acto póstumo tuvo lugar el 27 de junio en el cementerio de MOSCÚ donde yacen los grandes “héroes” del KGB. La ceremonia, como no podía ser de otra manera, fue reservada para permitir la asistencia discreta de los amigos y camaradas que le quedaban en la antigua comunidad de inteligencia soviética, cuya vitalidad parecería seguir intacta a pesar de los cambios que se han registrado en la RUSIA actual.

*Bibliografía consultada de la Biblioteca Volante Clemente XIV*.  

Cazador de espías, de Peter Wright. PHILBY, maestro de espías, de Phillip Knightley. Take nine spies, de Fitzroy Maclean. The Soviet spy Web, de Edward Carran. Operaciones Especiales, de Pavel Sudoplátov. KGB, the inside story, de Oleg Gordievsky y Christopher Andrew. Les grands espions de notre temps, de Roger Gheysens y Jacques de Luunay. La Orquesta Roja de, GILLES PERRAULT, 2 tomos. León de PONCINS, El Espionaje soviético en acción.  
DIARIO PAMPERO Cordubensis *Nº 460
INSTITUTO EREMITA URBANUS. Córdoba del Tucumán y de la Nueva Andalucía, al 19 de julio de 2012. DESDE EL ALMIRANTE CANARIS a “KIM” PHILBY que dicen es el MAESTRO DE ESPÍAS  en el reino de la Guerra Fría. Nosotros nos vamos al búnker de los hiperaustros a esperar tiempos mejores. Sopla el Pampero y que ¡VIVA LA PATRIA! Gspp*


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