lunes, julio 30, 2012

*HACIA EL CUARTO CENTENARIO de la Universidad de Córdoba 1613-2013*

Las primeras armas y el escudo actual. Síntesis cronológica de la Universidad Nacional de Córdoba - Orígenes de las Universidades - Desarrollo histórico y significación de la Universidad de Córdoba del Tucumán - Hacia el cuarto centenario 1613-2013* Facultades y fundaciones en el siglo XIX - Inauguración de Cursos del Instituto de Humanidades el 21 de Abril de 1941.

Editó: Lic. Gabriel Pautasso


*ESCUDO DE LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA*HACIA EL CUARTO CENTENARIO 1613-2013*

*LAS PRIMERAS ARMAS y EL ESCUDO ACTUAL*

Se ha demostrado que hay un primer escudo y copias subsiguientes – inclusive la actual -, las cuales no se ajustan al modelo jesuítico. Nos resta averiguar las diferencias que observamos en las armas modernas respecto a las que les dieron origen, para lo cual es indispensable que describamos las auténticas. “EL ESCUDO DE LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA, que se halla ubicado en la parte exterior del claustro sobre el cual se abren las puertas de nuestro Salón de Grados y es el mismo que se reproduce en la portada de esta obra, puede considerarse como el auténtico y a la vez como el modelo de las copias posteriores, que por falta de una reglamentación cada día se van distanciando más del auténtico original. Por dos razones podemos considerarlo auténtico: 1) por su material y estilo; 2) por el relativo acatamiento de las inestables leyes heráldicas.
“Fabricado en piedra sapo y conforme al estilo barroco colonial, se remonta, bien a la segunda mitad del siglo XVII, bien a comienzos de la centuria siguiente. Los artífices de la Compañía de Jesús emplearon la esteatita –dócil al cincel y en armonía con los demás elementos de sus construcciones por el color- así para labrar objetos con destino al culto, como objetos para el uso doméstico.  


“Quien concibió nuestras armas, tuvo más respeto por las leyes del blasón que cuantos las hicieron más tarde para sellos de lacre, para timbres de papeles, para ornamento de portadas y de muebles. Que no hubo sujeción escrupulosa, entre otros detalles lo evidencia claramente su proporción, o sea su longitud y latitud.
“Pertenece el escudo a la especie denominada de Comunidad y Sociedad y al segundo de los tipos –de comunidades eclesiásticas y comunidades seculares- en que los dividen los autores. Citemos entre ellos a ALBERTO y ARTURO GARCÍA CARAFFA, que nos sirven de guías principales para esta relación apretada.
“Para una mejor comprensión, no lo describiremos en la forma sintética que acostumbran los genealogistas y tampoco interpretaremos el significado de sus piezas, pues sólo haríamos vana literatura. Hasta tanto no aparezca el documento explicativo de sus símbolos, toda interpretación sería completamente gratuita.
“Su campo es la de la clase llamada lisa o simple, esto es sin divisiones ni particiones.
“En el cantón diestro del jefe se ve un sol, parte de cuyos rayos están ocultos por el borde de la tarja, como los extremos de algunos otros por la divisa interior.
“La divisa anterior –colocada en el jefe- pertenece a las denominadas perfectas, por constar de cuerpo y alma. Su cuerpo lo constituye el monograma o abreviatura de “JESÚS HOMINUM SALVATOR” con la CRUZ y los tres clavos evocadores de la PASIÓN, distintivo usado por la milicia religiosa de SAN IGNACIO DE LOYOLA; su alma, el lema “UT PORTET NOMEN MEUN CORAM GENTIBUS”, que se supone extraído del capítulo IX, versículo 15 de los “HECHOS DE LOS APÓSTOLES”, que en toda su extensión reza así: “VÉ Á ENCONTRARLE, LE DIJO EL SEÑOR, QUE ESE MISMO ES YA UN INSTRUMENTO ELEGIGO POR MÍ PARA LLEVAR MI NOMBRE Y ANUNCIARLE DELANTE DE TODAS LAS NACIONES, Y DE LOS REYES, Y DE LOS HIJOS DE ISRAEL”.
“En la parte inferior del campo, trae un águila CORONADA Y AZORADA, O SEA CON LAS ALAS ENTREABIERTAS como para iniciar el vuelo, y miran el sol ubicado en el cantón diestro del jefe.
“Esta timbrado el escudo –pasando a describir sus ornamentos exteriores- por una corona real surmontada, aparentemente unida al blasón por lazos cuyas puntas superiores se abren siguiendo el ritmo de aquélla.
“El escudo se halla introducido en una cartela, encima de la cual corre la divisa externa, con esta leyenda: “UNIVERSITAS CORDUBENSIS TUCUMANIAE”, que abraza la mitad inferior del mismo.
“Rodea la cartela y por consiguiente al escudo, un marco arquitectónico compuesto de estos elementos: un friso en arco con arabescos ornamentales, debajo del cual asoma una concha barroca –reminiscencia quizás de las que solían colgar en sus esclavinas los peregrinos de SANTIAGO-; dos capiteles de aquel mismo estilo; igual número de fustes de columnas barrocas-salomónicas con sus respectivos basamentos; y en la parte inferior del marco, grabada en su fondo, esta leyenda: “INITIUM SAPP, TIMOR DOMINI”, QUE VERTÍA AL CASTELLANO SIGNIFICA: “EL TEMOR DE DIOS ES EL PRINCIPIO DE LA SABIDURÍA” (Ps. 110, v. 10 y ECLESIASTÉS, c. I, V. 16)”.
*Datos extraídos de: “Constituciones de la Universidad Nacional de Córdoba publicación del Instituto de Estudios Americanistas, nº 16 (con una introducción del Director del Instituto, Dr. Enrique Martínez Paz). Esta nota relativa al ESCUDO DE LA UNIVERSIDAD, fue escrita por el Sr. LUIS ROBERTO ALTAMIRA. Imp. De la Universidad. Córdoba, 1944, p. XXVII.

*UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA*


SÍNTESIS CRONOLÓGICA

19-6-1613 – FRAY FERNANDO DE TREJO y SANABRIA, por escritura de esa fecha, obliga sus bienes para la fundación de la Universidad, erigida sobre la base del COLEGIO MÁXIMO de la Compañía de Jesús, lo que se ratifica en su testamento del 14 de diciembre de 1614.
1621-1622 – Breve Pontificio de GREGORIO XV y Real Cédula de FELIPE III, en cuya virtud puede graduarse la primera promoción.
1767 – Conclusión del ciclo de la universidad jesuítica, con la expulsión de la Compañía de Jesús, de España y sus dominios.
1767-1808 – Período franciscano.
1791 – Creación de la cátedra de INSTITUTA, y poco más tarde la de DERECHO REAL, con la potestad de otorgar grados de bachilleres, licenciados y doctores en JURISPRUDENCIA, en Real Cédula de 1795. Esto fue el origen de la Facultad de Derecho.
1808-1854 – REAL UNIVERSIDAD de SAN CARLOS y de NUESTRA SEÑORA de MONTSERRAT.
1808 – Secularización de la Universidad, con el nombramiento del Deán DR. JOSÉ GREGORIO FUNES como Rector, y demás autoridades.
1818 – Inauguración de la Biblioteca Mayor con el carácter de pública.
1854 – Nacionalización efectuada a iniciativa del gobernador de la Provincia DR. ALEJO CARMEN GUZMÁN, con aprobación final por ley del 11 de septiembre de 1856.
1876 – Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas, hoy Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
1877 – Facultad de Ciencias Médicas
1925 – Escuela Profesional Anexa, que se transforma en Instituto Técnico Universitario en 1973, por Ordenanza “I” nº 4/73.
1927 – Escuela Superior de Lenguas.
1946 – Se elevan por ley a la categoría de Facultades, la Escuela existente en la Facultad de Ciencias Económicas y el INSTITUTO de FILOSOFÍA y HUMANIDADES.
1952 – Escuela de Auxiliares de la Medicina.
1953 – Facultad de Arquitectura y Urbanismo, sobre la base de la Escuela existente en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la que se desvincula en 1956.
1956 – Instituto de Matemática, Astronomía y Física (IFAAF). Escuela de Enfermaría. Se transforma en Facultad la Escuela de Odontología, que dependía de la Facultad de Ciencias Médicas.
1957 – Escuela de Servicio Social.
1959 – Instituto de Ciencias Químicas, sobre la base de la Escuela de Farmacia y Bioquímica dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas. En 1971 el H. C. S. declara que el Instituto de Ciencias Químicas comenzará a funcionar con la estructura acordada por la ley nº 17.245 y el Estatuto Universitario (Res. nº 37/71) del H. C. S. que da cumplimiento a la anterior resolución de la Asamblea Universitaria del 29-4-1959).
1965 – Escuela de Nutricionistas-Dietistas.
1966 – Instituto de Ciencias Agronómicas.
1972 – Escuela de Ciencias de la Información.
1974 – Escuela de Salud Pública.
1979 – Facultad de Ciencias Agropecuarias
Recientes: Escuela de Psicología, Escuelas de Artes

*Datos extraídos de “Universidad Nacional de Córdoba – Breve Guía Histórica”, Imp. De la Universidad, Córdoba, 1978. “La Universidad Nacional de Córdoba – Síntesis Histórica”, p. Isidoro Martínez, Imp. De la Universidad, Córdoba, 1968; y resoluciones de las autoridades universitarias.

*ORÍGENES DE LAS UNIVERSIDADES*  


La palabra UNIVERSIDAD deriva del latín “UNIVERSITAS”, significa conjunto integral de seres particulares y elementos constitutivos de una colectividad, o totalidad de una clase o una especie de realidades, que por su carácter universalizante se distingue de lo particular. Así parece en la oposición establecido por el Digesto Romano entre la UNIVERSITAS y los singuli.  
La Universidad es producto de la maduración cultural experimentada en los siglos centrales del Medioevo por Europa Occidental, fruto del que probablemente sea el momento de mayor impulso que vivió aquélla durante la Edad Media. A su vez, la universidad es uno de los hechos de mayor significado cultural que se producen en el transcurso del Medievo, y de mayores consecuencias, debido a la extraordinaria duración del fenómeno universitario, que cuentan ya a sus espaldas con casi OCHO SIGLOS DE HISTORIA.
La religiosidad de los universitarios: La piedad religiosa ocupaba un lugar destacado dentro de la vida universitaria; por una parte, porque la comunidad como tal estaba marcada por la orientación de los eclesiásticos, pero también porque, como todas las demás corporaciones urbanas, tenía una vertiente religiosa que se manifestaba de una forma propia y característica. Los actos religiosos de carácter colectivos se regulaban en los estatutos, y era obligada la asistencia a ellos; incluían las misas dominicales, y las festividades de los santos patronos – entre ellos ocupaba un lugar destacado la de SAN NICOLÁS - , así como algunas festividades que estaban muy arraigadas en la piedad popular de la época, como las de carácter mariano o el Corpus Christi. Igualmente, se consideraba obligada la asistencia a los funerales ofrecidos por los difuntos de las corporaciones. También se consideraba una obligación la predicación ante los miembros de la propia comunidad universitaria, incluso aunque tan sólo se hubiera recibido la tonsura. Estas predicaciones se realizaban siempre en Latín, utilizando muchos recursos retóricos, y usando muchas citas bíblicas.
En nuestra época la palabra UNIVERSIDAD, aplicada al terreno cultural significa lo que más específicamente se indica en italiano con la expresión “UNIVERSITÁ DEGLI STUDI” (la universidad de los estudios), esto es la institución cultural o ESCUELA de GRADO SUPERIOR que comprende o aspira a comprender la totalidad de las ramas del conocimiento humano, la universalidad del SABER y de las FORMAS de preparación científica y técnica para el ejercicio de distintas profesiones intelectuales.

*DESARROLLO HISTÓRICO y SIGNIFICACIÓN de la UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA DEL TUCUMAN* HACIA EL CUARTO CENTENARIO 1613-2013*

   
Los orígenes de la Universidad Nacional de Córdoba se remontan al primer cuarto del  siglo XVII.
A mediados de 1613 se reunieron en esta ciudad de Córdoba del Tucumán el Ilustrísimo Obispo FRAY FERNANDO de TREJO y SANABRIA, -titular de la diócesis del Tucumán, con sede en Santiago del Estero –y el PADRE DIEGO de TORRES, Provincial de la Compañía de Jesús, en cuya Iglesia se celebró la solemne función de CORPUS en la que según dice la crónica, “le vino con fuerza un pensamiento” de fundar aquí una casa de Estudio, “i se resolvió, interiormente, a ejecutar a su tiempo esta idea”.
Hacia 1599, los Padres de la Compañía de Jesús se establecieron en la ciudad de Córdoba y once años después su residencia es elevada a categoría de COLEGIO MÁXIMO con estudios de Filosofía y Teología; como se sabe, los jesuitas fueron defensores de los derechos de los indios y, por haber chocado con algunas injusticias cometidas contra ellas, debieron, al año siguiente, establecerse en SANTIAGO DE CHILE. Mientras tanto, el Obispo FRAY FERNANDO TREJO, funda el Seminario Convictorio de San Francisco Javier (1613) para ponerlo precisamente bajo la regencia de los jesuitas.
La idea de una Universidad había germinado ya en la mente de TREJO en sus conversaciones con el Padre DIEGO de TORRES, principal de la Compañía y el 19 de junio de 1693, expide la escritura de fundación de una Universidad donde debía enseñarse LATINIDAD, ARTES (FILOSOFÍA) y TEOLOGÍA y pone la casa bajo la dirección de los jesuitas que reinstalan, trayéndolos de CHILE, los estudios de su Colegio, en el mismo lugar donde están ahora los edificios más antiguos de la Universidad.
En 1614, la Universidad abrió sus puertas contando ya con cincuenta estudiantes, treinta del Convictorio y veinte externos y novicios, manejándose durante largos años sin un verdadero estatuto.
La primera colación de grados se llevó a cabo nueve años más tarde, en 1623, aunque debió realizarse en SANTIAGO DEL ESTERO, donde residía el Obispo, hasta que en 1680, el Rey concedió esta Facultad al propio Rector. Al año siguiente comienzan a regir, durante siglo y medio, los famosos estatutos del PADRE ANDRÉS DE RADA y la Universidad crece, y sobre todo, se prestigia hasta alcanzar su culminación en el siglo XVIII.
Gobernaban la Universidad, el Rector, el Cancelario, de cancelas, - el que tenía la autoridad pontificia y regia para dar los GRADOS – y el Claustro de Catedráticos.
LOS ESTUDIOS se distribuían en los PREPARATORIOS de LATINIDAD (LENGUA LATINA), imprescindible para el ingreso a las dos FACULTADES BÁSICAS: la de FILOSOFÍA que se cursaba en TRES AÑOS, más DOS de PASANTÍAS (EJERCITACIONES DIVERSAS) y la de TEOLOGÍA, en CUATRO AÑOS, mas DOS de PASANTÍAS. Fuera de la Latinidad no existían exámenes anuales (que aparecen más tarde) ni “textos” (MANUALES), pero los profesores tenían la obligación de resolver las dudas de los estudiantes cuarto de hora después de la clase y sostener, con ellos, “CONCLUSIONES” semanales, “MERCOLATINAS” para los de filosofía y “SABATINAS” para los de Teología, sin contar las conferencias que tenían la obligación de pronunciar. De este modo, los GRADOS, en ambas Facultades eran de BACHILLER, LICENCIADO y MAESTRO (DOCTOR).
Un siglo de vida y la enseñanza de la Filosofía y la Teología, sin contar la CULTURA CLÁSICA que proporcionaba la LATINIDAD, crearon un ambiente, una modalidad, un prestigio que pronto se hizo extensivo a todo el sur de América del Sur. CÓRDOBA fue adquiriendo una fisonomía propia, un espíritu crítico y sutil que aún caracteriza a sus hijos al mismo tiempo que un sólido, cuando no agresivo, espíritu de independiente. La penetración de la filosofía tradicional no implicaba ignorancia de los más recientes sistemas del pensamiento.  
La Universidad sigue su curso y en 1753, el Obispo PEDRO MIGUEL DE ARGANDOÑA funda, en reemplazo del primitivo Seminario Convictorio, el SEMINARIO CONCILIAR de NUESTRA SEÑORA de LORETO,  de donde provenía la mayoría de los estudiantes.
Doce años después, en 1765 los jesuitas instalan en la Universidad, la primera imprenta, traída desde LIMA, para uso de la Universidad misma y los Colegios Jesuitas; así pues, la actual imprenta de la Universidad puede sostener que desciende de la más antigua del Virreinato platense, a pesar de su traslado a BUENOS AIRES por deseo del Virrey VÉRTIZ en 1780.
En el año 1676, se produce un hecho trascendental: LA EXPULSIÓN de los JESUITAS. La lucha provocada por el gobernador BUCARELLI al entregar la Universidad a los FRANCISCANOS y no a los del CLERO SECULAR, no impidió a aquellos regentearla por espacio de más de cuarenta años.
Al ser expulsados los jesuitas, gran parte de la biblioteca fue llevada a BUENOS AIRES en cuya BIBLIOTECA NACIONAL se conservan libros que por derecho deberían estar en nuestra Biblioteca Mayor de la Universidad.  
En la última parte del siglo concurren estudiantes de toda la ARGENTINA, de CHILE, POTOSÍ, ORURO, CHUQUISACA, MONTEVIDEO, de modo que los futuros hombres de la revolución sudamericana en su gran mayoría, pasaron por sus aulas.
En esta época, 1791, se produce la fundación de la primera Cátedra de INSTITUTA (Derecho Romano) raíz de la futura FACULTAD de DERECHO; después se crean otras cátedras y hacia 1795 está estructurada la FACULTAD de LEYES que confiere los grados de BACHILLER, LICENCIADO y DOCTOR en DERECHO CIVIL, en cuatro años de estudio, dos de PASANTÍAS y EXÁMENES.

*FACULTADES y FUNDACIONES en el SIGLO XIX*


En el  año 1800, la real cédula del 1º de diciembre, al mismo tiempo que excluye a los franciscanos de la dirección de la Universidad a los curas seculares, lo que había sido pedido desde 1785, y eleva la categoría de la Universidad a la de “MAYOR” con el nuevo nombre de “REAL UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN CARLOS y de NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT”; entonces comienzan a proveerse las cátedras con concurso y oposición, se anulan las viejas constituciones y se señalan a las de la UNIVERSIDAD de LIMA como las que deben regirlas mientras tanto; esto trajo muchos inconvenientes por tratarse de otro medio y otra modalidad.
La SECULARIZACIÓN se hace efectiva en 1807 por resolución del VIRREY LINIERS y año siguiente, asciende al Rectorado el DEÁN JOSÉ GREGORIO FUNEZ.
En el año 1809 el DEÁN FUNES funda la Cátedra de ARITMÉTICA, ÁLGEBRA, y GEOMETRÍA. Y CUATRO AÑOS MÁS TARDE, 1813, propone su nuevo plan de estudios, aprobado por el Director Supremo del Estado en 1815. Según este Plan que – tuvo profunda influencia en la vida de la Universidad – se mantienen los ESTUDIOS PREPAROTORIOS y cuatro FACULTADES: GRAMÁTICA, dos Cátedras, FACULTAD de FILOSOFÍA, cuatro años, y de JURISPRUDENCIA, cuatro años.
Por ese entonces recobra su vida la BIBLIOTECA  gracias a su director JOSÉ MARÍA BEDOYA.
Cuando toda la Argentina cae en la anarquía de 1820, Córdoba se independiza del resto de la CONFEDERACIÓN ARGENTINA y la Universidad pasa a depender de la Provincia.
En 1823 el gobernador JUAN BAUTISTA BUSTOS adquiere una imprenta por suscripción pública y la dona a la Universidad, volviendo así, la CASA DE TREJO, a poseer su propia imprenta hasta hoy; de ella salieron muchos libros, documentos y papeles y era la única imprenta importante del interior del país.
A PESAR DE LA GUERRA CIVIL Y EXTERIOR, LA UNIVERSIDAD sigue su curso, pero es evidente que los estudios se resienten, los estudiantes ciñen su espada, los estudios humanísticos comienzan a decaer.
Hay una nueva reforma de planes por la acción del DOCTOR JOSÉ GREGORIO BAIGORRÍ y durante el gobierno de ROSAS, se comienza a estudiar por “TEXTOS” o “MANUALES”.
En 1854, luego de aprobada la constitución nacional, se nacionaliza la Universidad y, en 1857, el plan de estudios incluye: Preparatorios (castellano, latín, francés, religión, geografía, aritmética que venía a llenar la misión de un “Bachillerato” actual y era necesario para el ingreso a cualquier facultad; las Facultades eran: FILOSOFÍA y LETRAS, cuatro años, TEOLOGÍA, cuatro años y JURISPRUDENCIA, cuatro años, siempre cambiando materias y su distribución. Si pasamos por alto varios detalles y reformas, debe señalarse el año de 1873 porque, en él, el DOCTOR GERMÁN BURMEISTE, sabio alemán organiza la ACADEMIA de CIENCIAS EXACTAS, que, en 1878, se desarrolla en la nueva FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS, FÍSICAS y NATURALES y en hasta hoy llamada ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS cuya biblioteca posee colecciones y ejemplares de gran valor. En ese mismo año, el RECTOR MANUEL LUCERO pone en funcionamiento la FACULTAD de CIENCIAS MÉDICAS creada por decreto del anterior y esta Facultad crece rápidamente como si fuera un signo de predominio de las CIENCIAS EXPERIMENTALES y del CIENTIFICISMO de la época mientras decaen las de FILOSOFÍA y TEOLOGÍA. Tanto es así, que en 1879, en el Estatuto General redactado por una comisión que presidía ALEJO DEL CARMEN GUZMÁN, después Rector, hay cuatro Facultades: FILOSOFÍA y HUMANIDADES, DERECHO y CIENCIAS SOCIALES, CIENCIAS FÍSICO-MATEMÁTICAS y MEDICINA, pero ya no figura TEOLOGÍA. En adelante comienza a sentirse el estatismo nacional (Estatutos de 1886).
En 1885, aunque no figure en el papel, ya no funciona la FACULTAD de FILOSOFÍA. La situación es de franca decadencia, es un síntoma la extinción o debilitamiento de los estudios HUMANÍSTICOS. En verdad, pondríamos muchos nombres ilustres, como los de PEDRO IGNACIO de CASTRO BARROS, que enseñó filosofía y fue Rector y de tantos EGRESADOS célebres, pero los últimos años del siglo XIX vieron decaer a la secular Casa que había asistido, informado e influido en la Historia nacional.

*INAUGURACIÓN DE CURSOS DEL INSTITUTO DE HUMANIDADES el 21 de Abril de 1941*

*El  Director del Instituto de Humanidades, Profesor EMILE GOUIRÁN nos decía: “…si la misión esencial del INSTITUTO consiste en  clarificar, hay que creer que sería necesario, cuando se trata de aquellas pasiones atinentes a las cosas corruptibles, nos esforcemos hacia aquella firmeza de espíritu, hacia aquella suprema grandeza que es de DIOS mismo que consiste en hacer coincidir la firmeza de la JUSTICIA y la infinita flexibilidad de la MISECORDIA. AHORA BIEN, LA JUSTICIA Y LA MISERICORDIA EN EL ORDEN DEL ESPÍRITU SON LA CLARIDAD PROFUNDA COMO UN PLENO MEDIODÍA DE LAS IDEAS SIMPLES QUE PLANEAN POR ENCIMA DE LA HISTORIA, COMO EL ESPÍRITU DE DIOS SOBRE EL CAOS DEL MUNDO, EN LOS PRIMEROS DÍAS”.

DIARIO PAMPERO Cordubensis Nº 325
INSTITUTO EREMITA URBANUS. Córdoba del Tucumán y de la Nueva Andalucía, a 29 de julio del Año del Señor de 2012. Fiesta de SANTA MARTA, Viuda. Memoria de S. FELIX Pp, y SIMPLICIO, FAUSTINO y BEATRIZ, Martires. Sopla el Pampero. ¿VIVA LA PATRIA! Avé María Purísima! Gspp*

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