domingo, abril 08, 2012

*CICERÓN y LA AMISTAD*

*DIÁLOGOS DE LA VEJEZ Y DE LA AMISTAD*

Editó: Lic. Gabriel Pautasso


·      *  NUESTROS CLÁSICOS *

*EL TRATADO DE LA AMISTAD*


En la nota sobre el diálogo DE LA VEJEZ hemos apuntado breves noticias acerca del personaje principal del tratado DE LA AMISTAD. Agreguemos ahora que CAYO LELIO, además de reputado orador, fue sumamente dado al estudio de la filosofía, de las ciencias religiosas y del derecho augural. Prefecto de la escuadra romana en la guerra contra CARTAGO, desempeñó la pretura en ESPAÑA, 145 a. de C., el Consulado en 140, e ingresó más tarde en el Colegio de los Augures. De sus interlocutores, CAYO FANNIO y QUINTO MUCIO ESCÉVOLA, se hallarán algunos datos que ilustran el texto.
Estamos en el año 129. ESCIPIÓN EMILIANO acaba de fallecer de modo sospechoso, y LELIO, tras de hacer su elogio, y de recordar la estrecha amistad que le había unido con el muerto, aprovecha la oportunidad para hacer el elogio de tan noble sentimiento. CICERÓN trae para ello a colación cierto discurso que QUINTO ESCÉVOLA, uno de los participantes en el diálogo, le había referido, cuando adolescente todavía, y apenas revestido la toga viril, es decir, hacia el año 90, fue confiado por su padre a la solicitud y cuidados del célebre jurisconsulto.
La disertación de LELIO es en realidad un MONÓLOGO. Interrumpido aquí y allí por alguna observación de sus yernos. Detrás de los personajes visibles se adivina la presencia de ESCIPIÓN, símbolo de las virtudes romanas y cifra asimismo de la AMISTAD PERFECTA.
El tratadito ciceroniano, escrito en la segunda mitad del año 44 a. C., tiene como destinario a TITO POMPONIO ÁTICO, editor y muy familiar de MARCO TULIO. Y es preciso no olvidar esta circunstancia para juzgar del interés del DE AMICITIA: es ésta la obra de un amigo que se dirige a otro, el más querido de todos, después de una vida de ininterrumpida intimidad. Aquí la sensibilidad y los instintos afectuosos de CICERÓN acaban por triunfar del utilitarismo romano; porque sí en un principio enjuicia las AMISTADES como político, apreciando sobre todo en ellas las ventajas prácticas, sorprende luego en el fondo de su corazón ese íntimo y desinteresado sentimiento que empuja al hombre hacia sus semejantes e impulsa a las almas a buscar otras almas con las cuales poder compenetrarse.
Difícil es trazar un resumen o plan general de este tratado, que escrito en el tono de una CONVERSACIÓN FAMILIAR, participa de las vacilaciones, rodeos y digresiones del género; con todo, la sucesión – no siempre rigurosamente observada – de las ideas centrales es la siguiente: 1. DEFINCIÓN DE LA AMISTAD; 2. FRAGILIDAD DE ESTE SENTIMIENTO Y EN QUÉ CONDICIONES SUBSISTE, y 3. DEBERES DE LA AMISTAD.
Exhorta LELIO al empezar a sus oyentes a anteponerla a todas las otras cosas, y adelanta que la AMISTAD sólo puede existir entre los hombres de bien; lejos de originarse de nuestras necesidades, tiene su base y fundamento en la naturaleza misma. Es además cosa frágil y que con facilidad se rompe. Nunca deben en su nombre cometerse actos indignos. Y tras de establecer los límites verdaderos de este sentimiento, examina las amistades vulgares, habla de la elección de los amigos, de la prudencia que se debe tener en amonestarlo y reprenderlos y de la inmoralidad del mismo: LA VIRTUD HA DE SER EL FUNDAMENTO ÚNICO DE LA AMISTAD.
La nobleza de las ideas y sentimientos expuestos en el presente DIÁLOGO fácilmente se echan de ver. De la magia del estilo apenas si podrá dar idea una traducción por mucho que se la quiera ceñir al texto original. Se propuso su autor al escribir esta obrita “UN FIN ALTO Y DIGNO DE AQUEL HOMBRE QUE SI FUE POR VENTURA DE ÍNDOLE POCO ENERGÍA, CONSERVO SIEMPRE NOBLEZA DE SENTIMIENTOS Y SUPO CON LA BELLEZA DE LA FORMA HACER MÁS PLAUSIBLES LA TEORÍAS DE LA VIRTUD, JUSTICIA Y SABIDURÍA, QUE TIENEN SU FUNDAMENTO EN LA MISMA NATURALEZA Y QUE ESTABAN POCO MENOS QUE BORRADAS DE LA CONCIENCIA DE LOS ROMANOS”. (JOSÉ LLOREBA, S. J., Introducción al CATÓN MAYOR y EL LELIO, Madrid, 1926, pp. XXXI-XXXII).
Y LAURAND muy acertadamente escribe que “el mérito de este tratadito no radica en su división lógica ni la rigurosa distribución de su contenido, sino en su             ÍNTIMO ENCANTO, EN LA BELLEZA DEL ESTILO, Y ASIMISMO EN LA VERDAD DE LA OBSERVACIÓN. La suma de la experiencia psicológica que en él se encierra es considerable. NADIE PODRÁ LEERLO CON ALGUNA ATENCIÓN, SIN QUE UN CÚMULO DE RECUERDOS, DULCES O TRISTES SE DESPIERDEN EN SU MEMORIA”. (CICERÓN, L´AMITIÉ, París, p. IX). *AGUSTÍN MILLARES CARLO*


*CICERÓN DE LA AMISTAD*


Creó, a la verdad, que este género de conservación, afianzado en la autoridad de hombres ilustres del pasado, tiene, ignoro por qué causa, una gravedad mayor. Y en cuanto a mí, cuando releo lo escrito, paréceme a veces que no soy yo, sino el propio CATÓN el que habla.
Así como en la referida ocasión, entrado ya en la ancianidad, escribí a otro viejo sobre la vejez, envío ahora al amigo queridísimo un tratado acerca de la AMISTAD. Habló entonces CATÓN, el más anciano, y desde luego, el más experimentado de su época; hágalo hoy LELIO EL SABIO (que por tal se tenía) sobre la AMISTAD, sentimiento en el que sobresalió como nadie. Aparta, pues, de mí tu imaginación, y haz cuenta de que escuchas a LELIO en persona. CAYO FANNIO y QUINTO MUCIO van a visitarlo a raíz del fallecimiento del AFRICANO, y son ellos quienes mueven la plática; LELIO les responde, y todo su discurso, con cuya lectura te CONOCERÁS A TI MISMO, VERSA SOBRE LA AMISTAD.
…POR TODO LO CUAL, RECIBIÓ EN LA VEJEZ, dice FANNIO, a modo de apellido, el dictado de SABIO. Tu caso es diferente, porque la sabiduría que te adorna reside, no sólo en tu naturaleza y costumbres sino también en tus desvelos por la FILOSOFÍA; ni es la tuya una sabiduría tal como la entiende el común de la gente, sino que la que conciben las PERSONAS CULTAS, y que no ha tenido par en el resto de GRECIA. Los que han profundizado en este asunto, no incluyen en tal categoría a los llamados SIETE SABIOS, y sólo conceden este nombre en ATENAS a aquél a quien se lo adjudicó, como el más sabio de todos, el ORÁCULO DE DELFOS.
(QUINTO MUCIO ESCÉVOLA, cónsul en el 118 a. de C., con LUCIO CECILIO METELO, cuando CICERÓN tenía diez años, y falleció en 88. Estaba casado con LELIA, famosa oradora, hija del personaje que da nombre al presente DIÁLOGO. Hacia los diecisiete años dejaban los ROMANOS la toga pretexta, guarnecida con una tita de púrpura, y vestían la viril u ordinaria, completamente BLANCA.
En el BRUTUS, cap. 36, dice CICERÓN de sí mismo: “Mas yo me dedicaba con intensidad al estudio del DERECHO CIVIL al lado de QUINTO ESCÉVOLA, hijo de QUINTO, el cual, aunque se consagraba a la ENSEÑANZA de nadie en particular, con todo se enseñaba a los deseosos de oírlo con las respuestas que daba a los acudían a consultarlo”).
Creencia es de las personas aludidas que tu sabiduría consiste en considerarlo todo como situado en ti mismo, y en mirar como inferiores a la VIRTUD todos los acontecimientos humanos. 
ESCÉVOLA: …que el DOLOR DE LA MUERTE tan ilustre cuanto unida a ti por estrecha amistad, lo has sabido de sobrellevar moderadamente; que tal suceso no ha podido dejar de conmoverte (otra cosa hubiera sido indigna de tu buen corazón), y que tu ausencia de nuestra entrevista el día de NONAS, debióse, no a TRISTEZA, sino a FALTA DE SALUD.  
Dijo LELIO: TIENES RAZÓN, ESCÉVOLA, Y DICES VERDAD: nunca pudo ninguna adversa circunstancia apartarme de una obligación que siempre he cumplido estando bueno, ni comprendo cómo puede acontecer que un hombre con sentido de la responsabilidad se sustraiga a lo que es su DEBER.
¡Cómo, para no citar otros hechos suyos, sobrellevó la muerte de su hijo! (Este personaje, al principio de la Guerra Civil entre MARIO y SILA siguió a este último con la Aristocracia: después, siendo Tribuno de la Plebe, se pasó al bando Democrático e hizo fuerte oposición a los Cónsules QUINTO POMPEYO RUFO y LUCIO CORNELIO SILA, antes muy amigos de él. Murió asesinado por orden de SILA, a raíz de la batalla de Sacriponto).
Sé que igual entereza mostraron PAULO EMILIO y SULPICIO GALO, del primero porque lo recuerdo y del segundo por haberla visto; pero en el caso de éstos se trataba de niños, mientras que el hijo de CATÓN era un hombre hecho y derecho, del que se tenían grandes esperanzas.
Guárdate, pues, de anteponerle ni siquiera ese mismo a quien APOLO juzgo sapientísimo, como dice; porque CATÓN es celebrado por sus HECHOS y aquél por sus PALABRAS. 

*ESTABLEZCAMOS, pues, como primera REGLA de la AMISTAD no solicitar de los que están por ella unidos a nosotros más que cosas HONROSAS, ni hacer en obsequio de ellos FAVORES que no sean HONESTOS. Tampoco esperemos a que nos ruegue; estemos siempre DISPUESTOS; NO DUDEMOS JAMÁS. Atrevámonos a dar libremente un CONSEJO. Que valga más la AUTORIDAD de quienes persuaden LO JUSTO, y que éstos sepan utilizarla para ACONSEJAR, no sólo sinceramente, sino con DUREZA, si fuese necesario; a condición, naturalmente, de verse OBEDECIDOS.  
ALGUNOS (se hace mención a los EPICÚREOS y CIRENAICOS, cuyas doctrinas aceda de la AMISTAD se examinan y refutan), a quienes oigo calificar de SABIOS en GRECIA, han defendido ciertas extrañas teorías (porque nada hay que escape a sus argucias). Pretenden unos que es preciso evitar LAS AMISTADES DEMASIADOS ÍNTIMAS, a fin de que un solo individuo no tenga que preocuparse por muchos; que harto y demasiado es que cada cual se cuide de sus cosas, sin necesidad de complicarse la VIDA con las ajenas, y que lo mejor es tener cuanto sea posible FLOJAS LAS RIENDAS DE LA AMISTAD, PARA RECOGERLAS O ALARGARLAS CUANDO SE QUIERA. Lo esencial, agregan, EN UNA VIDA FELIZ ES LA TRANQUILIDAD; de la cual no puede disfrutar un espíritu asediado de AJENAS AMBICIONES
Otros, más in-humanamente, dicen que las AMISTADES deben solicitarse como defensa y ayuda, y no por el SENTIMIENTO DE BENEVOLENCIA y AMOR que en ellas reside; de donde resultaría que quienes tienen menos vigor y entereza, deberían ser los más empeñados en solicitar AMIGOS; y otro tanto podría decirse de las débiles MUJERES, más solicitadoras de los auxilios de la AMISTAD que los hombres, y de los POBRES y DESGRACIADOS, que lo son más que los RICOS y que los que se tienen por FELICES.
¡LINDA SABIDURÍA! Paréceme que le quitan al mundo el sol quienes suprimen de la vida la AMISTAD, el mejor y más placentero de cuantos sentimientos nos han concedidos los dioses inmortales. ¿Qué tranquilidad espiritual es ésa de que nos hablan, halagadora en apariencia, pero repudiable en realidad por muchas razones? Porque no es admisible dejar de emprender una buena acción, o abandonarla después de emprendida, sólo por ahorrarnos preocupaciones y cuidados. Si renunciamos a éstos, renunciamos también a la VIRTUD, la cual, al menospreciar y odiar lo que es contrario (ASÍ LA BONDAD A LA MALDAD, LA TEMPLANZA A LA INCONTINENCIA Y EL VALOR A LA COBARDÍA) tiene que ir acompañada de mil molestias. ¿QUIÉN se duele más de las INJUSTICIAS QUE EL JUSTO? ¿QUIÉN más que el animoso de la falta de VALOR? ¿QUIÉN MAS QUE EL MORIGERADO DEL DESENFRENO? Propio es, por tanto, de un corazón bien templado regocijarse con el BIEN y afligirse con el MAL.
Si el alma del Sabio es susceptible de DOLOR, como lo es en realidad, a no ser que extirpemos de ella todo sentimiento humano, ¿qué causa hay para que arranquemos radicalmente de la vida LA AMISTAD, sólo por evitarnos los inconvenientes que ocasiona? Aparte los movimientos del espíritu, ¿qué diferencia hay, no digo ya entre un animal y un hombre, pero entre un hombre y un tronco, una piedra o cosa por el estilo? Ni tampoco será bueno dar oídos a los que conciben la VIRTUD como algo inflexible y férreo, ya que ella se muestra, así en la AMISTAD como en otras muchas cosas, tierna y maleable, capaz en cierto modo de dilatarse con la FELICIDAD DEL AMIGO, y de sobrecogerse con su MALANDANZA. Esa ANGUSTIA, empero, que a veces se apodera de nosotros, no tiene poder suficiente para arrebatarnos de la vida LA AMISTAD, como tampoco para que se repudien LAS VIRTUDES, sólo porque éstas traen consigo a veces SINSABORES y AMARGURAS.
Pero como lo que engendra LA AMISTAD, según he dicho más arriba, es ver brillar en otra persona algún indicio de VIRTUD, cuando esto acontece, los espíritus afines se unen estrechamente, y entonces el amor surge por necesidad. ¿HAY NADA TAN ABSURDO COMO DELEITARSE CON UNA MULTITUD DE COSAS VANAS, HONORES, GLORIA, EDIFICIOS, VESTIDOS y ADORNO DEL CUERPO, Y NO HACERLO CON UN SER VIVO DOTADO DE VIRTUD Y CAPAZ, NO SÓLO DE AMOR, SINO, POR ASÍ DECIRLO, DE PAGAR AMOR CON AMOR?  
*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar DIARIO PAMPERO Cordubensis, INSTITUTO EREMITA URBANUS. Córdoba de la Nueva Andalucía, a seis de abril del Año de Señor de 2012. VIERNES SANTO. Canta, oh lengua, la victoria del más glorioso combate, y celebra el noble triunfo de la Cruz, y cómo el Redentor del mundo venció, siendo en ella inmolado. ¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! gspp. *


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