miércoles, agosto 26, 2009

Vigencia de San Martín


San Martín no se engañaba. Caballero cristiano, acostumbrado al rigor de los tercios españoles, sabía muy bien que la religión “es el más sagrado de todos los vínculos”, y que “sirve para restablecer los demás” (carta a QUIROGA, 20.12.1834).

Por eso, en primer lugar, se opuso a los unitarios, a los que consideraba “una facción que ha descarriado las opiniones, puesto en choque los intereses particulares, propagado la inmoralidad y la intriga”. (ídem. Ant.). Y en carta a FACUNDO – como haciéndose eco de la bravía bandera del Caudillo – le decía: “LOS PUEBLOS ESTÁN EN ESTADO DE AGITACIÓN, CONTAMINADOS TODOS DE UNITARIOS, DE LOGISTAS, DE ASPIRANTES, DE AGENTES SECRETOS DE OTRAS NACIONES Y DE LAS GRANDES LOGIAS QUE TIENEN EN CONMOCIÓN A TODA EUROPA”. (ídem ant.).

Se advierte claramente, que la defensa de la Fe, frente a los ataques masónicos constituía para él una misión intransigente. Así pensaría hasta el fin de su vida. Testigo del despuntar marxista en su destierro francés, reprueba sus “máximas subversivas” que “una minoría despreciada” quiere imponer (a CASTILLA, 11.9.1848). Agudo observador, no se le escapa que estos principios se han “infiltrado en la gran masa del bajo pueblo por las predicaciones diarias de los clubs y la lectura de miles de panfletos” (a ROSAS, 2.11.1848). En todo ello ve un “INMINENTE PELIGRO… POR LOS DESORGANIZADORES PARTIDOS DE TERRORISTAS, COMUNISTAS y SOCIALISTAS, TODOS REUNIDOS AL SOLO OBJETO DE DESPRECIAR, NO SÓLO EL ORDEN Y CIVILIZACIÓN, SINO TAMBIÉN LA PROPIEDAD, RELIGIÓN Y FAMILIA” (a CASTILLA, 15.4.1949).

Ante tamaña sólo ve una opción de hierro: EL GOBIERNO DEL SABLA MILITAR” (a CASTILLA, 11.9.1848), “UN GOBIERNO RIGUROSO, MÁS CLARO DESPÓTICO” (a GUIDO, 26.10.1836). SAN MARTÍN no cree en la democracia, ni en el poder del número impersonal y anónimo: repugna del liberalismo y sus frutos de perdición, y reivindica enérgicamente la doctrina del absoluto. Ejemplo de señores, no soporta a “los demagogos y sus locas teorías” (a O´HIGGINS 5.4.1829); descree de la masa “veleidosa por carácter y fácil de extraviar”, hay que dejarse de ”andar con palos calientes de congresos, soberanía del pueblo, etc.” (a GUIDO, 17.12.1836), “en tiempos de revolución no hay más medio que el que manda diga hágase y que esto se ejecuta sea tuerto o derecho… Un susto me da que cada vez esas teorías de libertad, seguridad individual, ídem de propiedad, de libertad de imprenta etc. “porque “LOS ENEMIGOS QUE NOS VAN A ATACAR NO SE CONTIENEN CON LIBERTAD DE IMPRENTA…ESTATUTOS, REGLAMENTOS Y CONSTITUCIONES…LAS BAYONETAS Y LOS SABLES SON LOS QUE TIENEN QUE RECHAZARLOS…(a RONDEAU 27.4.1836). TOMA LIBERALIDAD, Y CON ELLA NOS VAMOS AL SEPULCRO”; “en el día no puede haber otra política que la inspira el que manda el peligro en que nos hallamos”. (ídem ant.).

Semejante postura, no exigía simplemente un cambio de hombres sino un cambio en las instituciones porque el mal está en ellas (a VICENTE LÓPEZ Y PLANES 12.5.1830). Se trata en definitiva de reemplazar el régimen liberal “maldita tal libertad” (a GUIDO 1.2.1834) por un Orden Nuevo, UN GOBIERNO QUE LOS DEMAGOGOS LLAMAN TIRANO y ME PROTEJA CONTRA LOS BIENES QUE ME BRINGA LA ACTUAL LIBERTAD” (ídem. ant). Tamaña empresa no podía confiarse “a la ambición de cuatro malvados” (a MOLINA 27.4.1836); sólo podía ejecutarla “UN SALVADOR QUE REUNIENDO EL PRESTIGIO DE LA VICTORIA, Y MÁS QUE TODO YN BRAZO VIGOROSO, SALVE A LA PATRIA DE LOS MALES QUE LA AMENAZAN” (A O´HIGGINS, 5.4.1829).
Emergiendo del tiempo y del espacio, aparece la real dimensión de su grandeza: y lo vemos en Arjonilla, y Bailén, en los campos de San Lorenzo y Maipú, entregando su sable a la Virgen Generala, en el ANDE, y en su destierro estoico, desde el que apoyó sin reservas la titánica obre de DON JUAN MANUEL y puso de modelo su gobierno “TODOS LOS ESTADOS UNIDOS”. “ASÍ ENFERMÓ -escríbele éste– DESPUÉS DE TANTAS FATIGAS, USTED EXPRESA LA GRANDE Y DOMINANTE IDEA DE TODA SU VIDA: LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA ES IRREVOCABLE…ESTO ES DIGNO DE USTED”. (a SAN MARTÍN, 20.5.1846).
Todo es cuestión de optar: o el magisterio del Gran Capitán, y por él una segunda Restauración de las Leyes, o pequeñeces de los demagogos, con sus “locas teorías” y “infernal conducta”.

CONTRATAPA DE LA REVISTA CABILDO, 2ª EPOCA – AÑO XII – Nº 114, agosto de 1987. Director: D. RICARDO CURUTCHET, Secretario de Redacción.: ANTONIO CAPONETTO.

MANUAL DE INFORMACIONES, Vol. XX – nº 6 – noviembre – diciembre de 1978. Tapa.

Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 76

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