lunes, junio 15, 2009

La guerra subversiva en América


Cuarenta y dos del combate de la Quebrada del Churo
La guerrilla del Che en Bolivia


Por Gary Prado Salmón
General (R) Ejército de Bolivia


“FIDEL CASTRO, hablando el 2 de enero de 1966 ante los representantes del comunismo reunidos en La Habana con motivo de la primera reunión Tricontinental, expresó:
Y EN CUANTO A NOSOTROS, AQUÍ DE NUESTRO PUEBLO, LO QUE NO OCULTAMOS: ¡Con Cuba, cualquier movimiento revolucionario, en cualquier parte del mundo, podrá contar, con su ayuda incondicional y decidida”.

El 8 de octubre de 1967, el entonces capitán GARY PRADO SALMÓN, al mando de efectivos de la Compañía del “B” del Regimiento “Manchego”, 12 de Infantería, tuvo el privilegio de capturar en combate y herido al “CHE” GUEVARA, poniendo así fin a una larga y penosa y penosa persecución en la que el Ejército Boliviano experimentó la muerte de 5 oficiales, 4 suboficiales y 35 soldados, así como 2 de oficiales, 4 de suboficiales, y 30 soldados heridos. Pasados los años, el ya general PRADO SALMÓN escribió el libro “Cómo capturé al “Che”, donde se efectúa una crítica objetiva al valor militar de esa guerrilla conducida por el mítico “Che”.
En este año, que muchos han dedicado a exaltar la figura del guerrillero desaparecido, resulta oportuno y de justicia reproducir esta nota, tomada de un capítulo del libro mencionado, donde se revelan y demuestran los errores que desmienten la supuesta habilidad, pericia y competencia militar del Che Guevara, y se ponen en evidencia las dificultades que se registraron en su represión militar.

“Se pueden explicar de muchas maneras diferentes las razones de Nancahuazú. Para unos primarán las razones de carácter militar, para otros las de carácter político, y podrían mencionarse también causas de carácter social y hasta económicas y en cada caso habrá algo de razón.
“El presente trabajo no podía considerarse completo si no tratáremos de sistematizar estos aspectos para entender todo el problema y las repercusiones que ha tenido a lo largo de las tres décadas transcurridas, no sólo en Bolivia, sino en todo el Continente.


“Para eso, se hace necesario analizar primero el marco teórico y éste estará dado por los escritos del propio jefe de la guerrilla, el Comandante Ernesto Guevara, que reproducimos en letra bastardilla, que, como fruto de su experiencia en Sierra Maestra (Cuba) y su participación en el proceso de consolidación de la revolución cubana, es considerado por propios y extraños una autoridad en este tipo de guerra contra “la dominación imperialista”.
Así, en su libro La Guerra de Guerrillas decía el Che:

DE LA ESENCIA DE LA LUCHA GUERRILLERA

“Las aportaciones que la revolución cubana hizo a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América son:
1. Que las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el Ejército regular.
2. No siempre hay que esperar que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas.-
3. En la América subdesarrollada, el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente el campo rural.
El primer punto sólo ha tenido dos demostraciones efectivas en el tiempo transcurrido desde 1960. El ejemplo cubano y el nicaragüense, donde efectivamente las fuerzas populares, intensamente motivadas, han podido destruir los ejércitos de Batista (Cuba) y de Somoza (Nicaragua); pero esos dos aparatos militares reflejaban en su organización y sus métodos de lucha toda la corrupción y el despotismo de las tiranías que representaban, no constituyendo en rigor de la verdad otra cosa que guardias pretorianas destinadas a mantener en el poder a sus mandantes y sus intereses; no tenían en sí el germen del nacionalismo que sustentaba y sustenta a otras fuerzas armadas, como tampoco ningún grado de participación popular y social en sus cuadros; no se sentían identificados con sus pueblos ni con sus aspiraciones. Los otros ejércitos que han tenido que enfrentar el problema de la guerrilla, en Bolivia, Argentina, Colombia, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Perú, etc., han sabido encontrar el suficiente apoyo interno como para tornar inefectiva la lucha en las montañas y reducirla a un problema generalmente localizado en un área remota, que no afecta en gran magnitud la vida del país.
El segundo enunciado tampoco ha sido comprobado. Los focos insurreccionales creados en el Continente no han sido capaces de provocar revoluciones populares ni los cambios anunciados. Han ensangrentado (y en ciertos países siguen ensangrentando) la tierra americana, es cierto, pero sin provocar el enfrentamiento con el poder colonial, que era su primer objetivo, a través de la participación directa en la lucha. Han ocasionado, eso sí, la destrucción o el debili
tamiento de los sistemas comunitarios de producción, y de producción de energía, afectando antes que a las oligarquías a los propios campesinos y obreros que se sienten amenazados por ambos lados, que huyen de sus tierras y sus hogares para sumarse a los cinturones de marginalidad de las ciudades. Los ejemplos de El Salvador, el Perú y Colombia, EN LA ACTUALIDAD, son claros ejemplos.
La guerrilla del Che en Bolivia no creó las la condiciones para la revolución, sino más bien contribuyó a un largo proceso de desorientación política y social que ha agitado al país durante muchos años, en el cual se ha perdido de vista el verdadero fondo del problema por las divergencias entre los hombres y las teorías.
En relación al tercer enunciado, en América Latina en general se está dando un acelerado proceso de vaciamiento del área rural hacia las ciudades, como consecuencia de la crisis económica que asola la región, de ahí que las definiciones sociales se están trasladando más bien hacia las urbes, donde las condiciones de vida y subsistencia son cada vez más difíciles. Casi todos los gobiernos del área, buenos y malos, están tratando de fijar su población en el agro e incentivar su producción y mejorar sus condiciones de vida como una forma de evitar su migración. En estas condiciones, se hace cada vez más utópico el pensar en un terreno de lucha en zonas que paulatinamente van perdiendo importancia para la economía de las naciones.
Donde un gobierno haya subido al poder por alguna forma de consulta popular, fraudulenta o no, y se mantenga al menos una apariencia de legalidad constitucional, el brote guerrillero es imposible de producirse, por no haberse agotado las posibilidades de lucha cívica.
Si éste el punto de vista del Che, no podemos menos que preguntarnos, entonces, ¿A QUÉ VINO A BOLIVIA?
El gobierno de RENÉ BARRIENTOS era constitucional, fruto de una eleccion con amplia participación popular, en la cual la figura del candidato captó las simpatías principalmente del sector campesino. El Congreso y todos los mecanismos constitucionales funcionaban a plenitud, existía la libertad de prensa, no había presos políticos ni desterrados (se detuvo a dirigentes políticos después del estallido de las guerrillas). Si bien no podemos calificar de excelente ni totalmente honesto al gobierno de BARRIENTOS, NO PODEMOS DEJAR DE RECONOCER QUE ERA UN GOBIERNO LEGÍTIMO Y POPULAR, frente al que la guerrilla no podía esperar tener éxito.
Otros ejemplos se han dado en América. Colombia, con su larga tradición democrática o ha frenado constantemente la lucha guerrillera, apoyándose en la legitimidad de sus gobiernos. Nada han podido los guerrilleros de Sendero Luminoso contra los sucesivos gobiernos democráticos del Perú, y ni aún en El Salvador, con todas sus limitaciones y problemas, ha podido la guerrilla romper el mecanismo de gobierno.
Parece evidente entonces que intuitiva o conscientemente los latinoamericanos estamos aprendiendo a vivir en democracia, que queremos respetar nuestra institucionalidad y que es por la vía de la ley que pueden lograrse los cambios. Lo sucedido en Bolivia en 1982 es un claro ejemplo. Las Fuerzas Armadas fueron obligadas a entregar el gobierno pacíficamente, por medio de una presión cívica y política conjunta, para depositar el poder en manos del Congreso, de manera que éste pudo elegir al presidente de la República, continuando así el proceso truncado el 17 de julio de 1980.
Este grado de madurez cívica y política es una muestra de la vocación democrática del pueblo boliviano que es también común a los pueblos de otros países del Continente.
Dice el Che: La Guerra de Guerrillas es una lucha de masas, es una lucha del pueblo, la guerrilla, como núcleo armado, es la vanguardia combatiente del mismo, su gran fuerza radica en la masa de la población; el guerrillero cuenta entonces con todo el apoyo de la población del lugar, es una cualidad ”sine qua non”.
Si la guerrilla es la vanguardia combatiente del pueblo, en el caso de Bolivia en el 1967, (1967-2009: 42 años), ese pueblo no que quería combatir. El apoyo de la población, la comparación de la guerrilla con “EL PEZ EN EL AGUA” de MAO TSE-tung, no se dio en el país. Es más, podemos afirmar que el hombre común no entendió y menos se sintió afectado de manera alguna con la guerrilla, de ahí el aislamiento y la falta de apoyo a las fuerzas del Che.
Tal vez las condiciones de aislamiento logradas por el ejército ante el descubrimiento prematuro del FOCO pueden haber influido, pero lo evidente es que no se encuentran ni en las organizaciones políticas y sindicales de la época ni en el ciudadano en general, ningún entusiasmo por la guerra de guerrillas; lo que se traduce en la falta de incorporación de combatientes, que es una de las causas de su fracaso.
Agrega el Che: El guerrillero ejercerá su acción en lugares agrestes y poco poblados, y en estos parajes la lucha del pueblo por sus reivindicaciones se sitúa preferentemente y hasta casi exclusivamente en el plano del cambio de la composición social de la tenencia de la tierra, es decir, el guerrillero es ante todo un REVOLUCIONARIO AGRARIO. Interpreta los deseos de la gran masa campesina de ser dueña de la tierra, de sus animales y de sus medios de producción.
La Reforma Agraria de 1953, (En Argentina, 1943-1955), PRODUJO CAMBIOS RADICALES EN BOLIVIA, no sólo en la tenencia de la tierra, sino fundamentalmente en las condiciones sociales del campesino. Esto se hizo más palpable en los sectores occidentales del país, el altiplano y sus valles. En la región oriental, la Reforma Agraria tuvo escaso significado debido al hecho fundamental de la gran disponibilidad de tierras y la escasa densidad poblacional. En el oriente del país. En el oriente del país no han existido nunca los grandes latifundios. Por siglos, las familias campesinas fueron siempre dueñas de la tierra, de manera que la motivación de la guerrilla relacionada con la tierra prácticamente no tenía ningún significado para quienes secularmente no han tenido ni patrones ni han sido explotados.
Puede argumentarse que los medios de producción eran y son primitivos, que la comercialización de sus productos deja al campesino empobrecidos, es cierto, pero nada eso les fue comentado, ni se les explicó, al parecer por no tener confianza en ellos, lo que demuestra una muy superficial apreciación de la situación social del país.

ESTRATEGIA GUERRILLERA

Dice el Che: En el primer momento, lo esencial para el guerrillero será no dejarse destruir.
La precariedad de la guerrilla desde sus primeros momentos es evidente. No es el número reducido de hombres el principal problema. Sus limitaciones están dadas por no contar, después de las primeras emboscadas, con un una base segura, por no disponer de una cadena o ruta de abastecimientos que garantice su supervivencia. Desde el principio, la guerrilla, por la indisciplina de “MARCOS” o de “LORO” (”MARCOS”: ANTONIO SÁNCHEZ DIAZ, cubano, muerto el 2 de junio de 1967; “LORO”: JORGE VAZQUEZ VIAÑA, boliviano, desaparecido el 31 de agosto de 1967, por falta de precisión del Che en sus contactos con “JOAQUÍN”(”JOAQUÍN” JUAN VITALIO ACUFLA NÚÑEZ, cubano, muerto el 31 de agosto de 1967, lleva en sí el germen de su propia destrucción.
El golpeteo debe ser constante. Al soldado enemigo que está en el lugar de las operaciones no se le debe dejar dormir. Los puestos y guardias deben ser atacados y liquidados sistemáticamente.
La guerrilla no ejercitó en ningún momento contra las instalaciones militares. Las emboscadas y los combates de encuentro sostenidas fueron más bien realizados para frenar el avance de las tropas regulares. Indudablemente, de haberse producido ataques a los puestos militares en la zona de operaciones, podía haberse creado una situación de inseguridad y de temor capaz de influir en el resultado final. Si se considera lo simple que es destacar una pequeña patrulla de dos o tres hombres para que realice acciones de hostigamiento contra los cuarteles o los puestos de seguridad, extraña que no se haya actuado de esa manera. Inclusive con acciones a distancia, pueden provocarse reacciones de la tropa que significarán horas de desgaste y rastrillaje inefectivo con el consiguiente agotamiento físico y nervioso, mientras los guerrilleros causantes de esas operaciones, después de disparar dos o tres ráfagas, pueden replegarse tranquilamente a un lugar seguro y descansado. Si durante una noche se hace eso dos o tres veces, con certeza al día siguiente esas tropas estarán tan cansadas y asustadas que se tornarán inefectivas. Cuando el Ejército, en la primera fase de las operaciones, destacó tropas a las poblaciones del área como Lagunillas, Gutiérrez, Ipitá, etc., nunca se las atacó ni hostigó dejando más bien que desarrollaran un sentimiento de seguridad.
Hay dos condiciones cuya necesidad se apunta en cada minuto de la vida del guerrillero: la COOPERACIÓN absoluta del pueblo, y el CONOCIMIENTO perfecto del terreno.
Ya hemos hablado de la cooperación del pueblo que prácticamente fue inexistente. En la fase nómada de la guerrilla resultó más difícil establecer cualquier tipo de relación con los pobladores de la zona y más bien se tenía que detener a los campesinos para evitar que delataran al Ejército la presencia de los insurgentes.
En cuanto al conocimiento del terreno, éste, en el mejor de los casos, era precario. Fuera de la ruta seguida por el Che en su reconocimiento previo del mes de febrero, el resto del terreno era desconocido para la guerrilla. Constantemente, como se evidencia por la lectura de los diarios de campaña del Che y sus compañeros, se encontraban perdidos, buscando la forma de abrirse paso en lugares muy difíciles, agotándose y perdiendo el tiempo en tratar de encontrar algún punto de referencia o algún caserío para abastecerse.
El deambular de la guerrilla los llevó en varias ocasiones a callejones sin salida o a encuentros con el ejército en momentos en que no estaban preparados para sostenerlos. Cuando ingresaron en la jurisdicción de la 8va. División para operar en el sector de Florida, Samaipata y posteriormente en el sector de Alto Seco y La Higuera, fue tan evidente su desconocimiento del terreno y de las características sociales de la población local que empezaron a cometer error tras error hasta culminar en la quebrada de El Churo.
Hay que considerar siempre una base de operaciones fuerte y continuar fortaleciéndola durante el curso de la guerra.
La base de Ñancahuazú no llegó a establecerse completamente, tampoco se consideró la necesidad de contar con una base alternativa para el caso que la primera tuviera que ser abandonada. Un exceso de confianza después de la primer emboscada les hizo creer que el ejército sería incapaz de ingresar hasta esa base, y cuando se produjo la reacción militar y se empezó a cerrar el área y a incursionar hacia la base, la guerrilla se vio obligada a abandonarla, tanto para sacar a “DANTON” y “PELAO” (”DANTON”: RÉGIS JULES DEBRAY, francés. “PELAO”: CIRO ALBERTO BUSTOS, argentino, ambos capturados el 20 de abril de 1967) de la zona de operaciones como para alejarse de la presión militar, sellando así la pérdida de la base, a la que sólo podrían retornar una vez en el mes de mayo, para luego tener que abandonarla definitivamente ante la ocupación militar que cerró toda la posibilidad de acceso toda posibilidad de acceso a sus abastecimientos.
Al no disponer de una base alternativa, de un refugio seguro, la guerrilla se convierte en nómada y se debilita, pues es sabido que, después de períodos de actividad intensa, una fuerza insurgente necesita de un período de descanso en zonas de seguridad donde pueda reponer energías, curar sus heridas, y recibir nuevos combatientes. La base de Ñancahuazú no cumplía esas condiciones y tampoco se previó otras que las cumplieron. Otro error del Che.

LA TÁCTICA GUERRILLERA

Uno de los puntos más débiles del enemigo es el transporte por carretera y ferrocarril. Es prácticamente imposible vigilar metro a metro un itinerario, un camino o una férrea. La sorpresa en las vías de comunicación del enemigo da dividendos notables.
Evidentemente, gran parte de la vulnerabilidad de las fuerzas regulares radica en que tienen que cumplir una doble misión: garantizar la seguridad de las localidades y vías de comunicación y perseguir y combatir a un enemigo elusivo y móvil como la guerrilla. El pretender ambas tareas a la vez agota y debilita a las tropas regulares.
En la zona de operaciones elegida por el Che, en el sector de la 4ta. División, existían objetivos claros: el ferrocarril y la carretera de Santa Cruz a Yacuiba, el caminote Lagunillas a Sucre, y las instalaciones de YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) en Tatarenda, Camirí y el oleoducto Camirí-Sucre. Sin embargo, con excepción de la breve incursión a Carahuatarenda, realizada para aprovisionarse y no con el fin de cortar la carretera Santa Cruz-Camirí, en ningunas otra oportunidad se intento atacar o amenazar las vías de comunicaciones. La aproximación a la estación de Espino no tiene esa intención, pues el repliegue inmediato hacia el Río Grande así lo demuestra. En el sector norte, de la 8va. División, la incursión a Samaipata constituye un hecho notable y una acción sorpresiva y valiente, pero que no fue seguida de otras como para configurar una amenaza a la vital carretera Cochabamba- Santa Cruz. El repliegue de los guerrilleros hacia el sur, comprobado rápidamente por el Ejército, constituyó un factor de tranquilidad y de libertad de acción para el mando militar.
Las líneas de comunicaciones con el exterior deben contar con una serie de puntos intermediarios de gente de entera confianza en donde se puedan ir almacenando productos y donde puedan ir a esconderse los contactos en un momento determinado.
El descubrimiento prematuro del foco guerrillero impidió que las “Instrucciones para los cuadros urbanos” redactadas por el Che y sacadas del campamento por “LOYOLA” 6 “LOYO”: LOYOLA GUZMÁN, capturado el 17 de septiembre de 1967; pudieran llegar a implementarse. El cuadrilátero señalado por el jefe de la guerrilla: Cochabamba, Sucre, Santa Cruz y Camirí, como bases de apoyo desde las cuales debían partir las líneas de comunicaciones hacia el interior de la zona de operaciones, era adecuado, pero no se establecían los “puntos intermedios” ni se contó con la gente de entera confianza para mantener los contactos hacia el exterior. El aislamiento de la guerrilla fue total después de la salida de DEBRAY y de BUSTOS.
Hay que mantener líneas estables para poder contar siempre con un mínimo d comida en depósitos, previendo cualquier contingencia desagradable.
Al no poder utilizar la red urbana de apoyo, tal como estaba previsto, el problema de abastecimiento se tornó crítico. La guerrillera sólo podía disponer de los productos existentes en la zona, que por otra parte, por la escasa densidad poblacional, disponía de una reducida actividad agrícola, aunque sí ganadera en forma un poco más apreciable. Toda la región del sudeste dependía del occidente del país para productos como la papa, la quinua, hortalizas, y del norte de Santa Cruz para el arroz, azúcar, café, etc., lo que limitaba severamente las disponibilidades en la zona, que cuando se sumaba a ello el rígido control militar, estrangulada las posibilidades de subsistencia de los insurgentes.
Por otra parte, otro tipo de abastecimientos, como medicinas, vestuario, algún equipo, etc., prácticamente no existían en la región, lo que obligaba a los guerrilleros a realizar incursiones arriesgadas, como la de Samaipata, con resultados prácticamente negativos, aunque valiosos en el aspecto de la propaganda armada.
Otra vez, el aislamiento de la guerrilla logrado en la primera etapa por las fuerzas regulares impidió el establecimiento de una adecuada red logística, lo que dejó a los guerrilleros librados a su suerte en una zona pobre en recursos y escasamente poblada.

“EL GUERRILLERO COMO COMBATIENTE”

La compasión social de la guerrilla debe ajustarse a la que tenga la zona elegida como centro de operaciones, es decir, el núcleo combatiente del ejército guerrillero debe ser campesino.
En la composición de la guerrilla de Ñancahuazú se contaba con gente de todas las condiciones, menos campesinos y, menor aún, de oriundos de la zona. Dejando aparte a los extranjeros, presentes en la lucha por otras razones, el único de los bolivianos que confesó ser campesino fue “LEÓN” (ANTONIO DOMÍNGUEZ FLORES, boliviano, capturado el 27 de septiembre de 1961), oriundo del Departamento del Beni, aunque en los últimos años no había trabajo en tareas agrícolas. Todos los demás eran estudiantes o mineros acostumbrados al clima frío del altiplano y a las montañas, para quienes el adaptarse al trópico y a sus incomodidades tuvo que significar un período de sufrimiento y desesperación. No es de extrañar, luego, las deserciones que se produjeron en ese período de adaptación cuando no pudieron reclutarse a los hombres del tipo que esperaban (el Che estaba en ese tiempo realizando su viaje de reconocimiento) ni contar con una adecuada orientación. Esto particularmente se dio en el grupo de MOISÉS GUEVARA: MOISÉS GUEVARA RODRIGUEZ: boliviano, dirigente sindical minero, militante del PC.ML., fue muerto en el combate de Vado del Yeso el 31 de agosto de 1967, que, además de ser de mala calidad a los efectos de la guerrilla, no fue recibido en las mejores condiciones. Es indudable que una guerrilla tiene que responder a la región donde desarrolla sus acciones y que la gente tiene que ser local de la misma, este factor fue decisivo en el accionar futuro del grupo del Che, que además sumaba a ese hecho el de ser él mismo y los otros jefes, de origen extranjero.
El guerrillero necesita una salud de hierro que le haga resistir todas las adversidades, sin enfermarse y que convierta su vida de animal acosado en un factor más de fortalecimiento.
Para mantener en buenas condiciones la salud de una fuerza guerrillera se requiere un constante abastecimiento de medicinas, además de una alimentación equilibrada.
Nada de eso pudo lograrse en Ñancahuazú y el debilitamiento y las fallas del abastecimiento se hicieron presentes aun antes del descubrimiento del FOCO. El viaje de reconocimiento al norte realizado por el Che está lleno de esos pasajes de debilidad, hambre y agotamiento que se tornaron comunes después de las emboscadas de Ñancahuazú e Iripiti.
Por otra parte, la salud del propio jefe de la guerrilla no era de las mejores y tuvo que ser transportado a veces por sus hombres cuando perdía el conocimiento, aunque ello no disminuía su autoridad, tal era el ascendiente que tenia sobre los integrantes de su guerrilla.
Como enseñanza final de todo lo sucedido nos queda un legítimo sentimiento de orgullo en todos los integrantes de las Fuerzas Armadas de Bolivia. QUIÉRASE O NO AQUEL QUE ALGUNA VEZ FUERA CALIFICADO COMO “EL PEOR EJÉRCITO DE SURAMÉRICA” obtuvo una importante sobre la guerrilla y sobre sus ideólogos.
Quienes tuvimos la suerte de participar en esas operaciones, que compartimos con nuestros oficiales y soldados las duras jornadas, el hambre, el temor, el combate, la derrota, y la victoria, hemos aprendido a querer a nuestra tierra y a tener fe en su porvenir, porvenir que tendrá que ser construido por nosotros mismos, no por armas en las manos, sino codo a codo con esfuerzo creador, con trabajo y patriotismo”. Hasta aquí una parte del relato del General GARY PRADO SALMÓN, titulado “Como capturé al Che”.

A MODO DE COLOFÓN:

La revista “Tricontinental” editada en La Habana publica en su número especial con fecha 16 de abril de 1967 un mensaje atribuido al CHÉ GUEVARA, presumiblemente redactado cuando se encontraba en Bolivia organizando la insurrección armada, en el cual decía:

“Los comienzos no serán fáciles, serán sumamente difíciles… Nuestra misión, en la primera hora, es sobrevivir; después actuará el ejemplo perenne de la guerrilla la propaganda armada en la acepción vietnamita de la frase, vale decir, la propaganda de los tiros, de los combates que se ganan o se pierden, pero se dan, contra los enemigos. La gran enseñanza de la invencibilidad de la guerrilla prendiendo en las masas de los desposeídos…
El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las convierte en una efectiva, violenta, selectiva limitaciones naturales del ser humano y lo fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar… Toda nuestra acción es un grito de guerra…En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y victoria…”.


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
Para: DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 268

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1 comentario:

Fernando José dijo...

Llama la atención la desinformación del General Prado Salomón al consignar junto a la Reforma Agraria boliviana una presunta reforma similar argentina que la establece en el período 1943-1955. Jamás se realizó tal reforma en la Argentina y es mas, el gobernante de la mayor parte de ese período fue el General Juan D. Perón quien se mostró siempre contrario a ese tipo de reformas.