martes, enero 13, 2009

La Nación Americana


Todo lo hemos escuchado acerca de la “Unidad Latinoamericana”, y todo lo hemos visto: ¿recuerdan el voto del gobierno argentino en la OEA, a propósito de Nicaragua? Pero ese palabrerío confuso, donde se entrecruzan derechas e izquierdas de la tela del poder corrupto, poder mundial desde luego, con sus repercusiones locales, en minúsculas sinarquías, no logran al menos en lo que respecto al Populus argentinus (“Lo mejor que tenemos es el Pueblo” - JP) quebrar la claridad política de la gente.

Se ha cumplido el 1.IX.81, el 20º Aniversario del llamado “Bloque de Países No Alineados”, constituido en Belgrado, Yugoeslavia en 1961. Sin repasar exhaustivamente esta historia, conviene recordar un episodio importante. En el pluralismo ideológico de las naciones que integraban el bloque, se confrontaron en un planteo global, la “tesis sinárquica” de la existencia de un imperialismo, tesis por supuesto nacida en las nomenclaturas comunistas; y la tesis real de los DOS IMPERIALISMOS, introducida en el bloque, fundada y sustentada por el General PERÓN.
Tal verdad desató por supuesto la furia del “siervo fiel del soviet-jesuitismo”, el exalumno jesuita FIDEL CASTRO, atacó a PERÓN, sosteniendo que no podía colocarse a Rusia como imperialismo igual a los EE.UU. En la posterior reunión de Argel, PERON subrayó sin embargo la existencia del “contubernio de los dos imperialisms, que en Yalta se reparten el mundo” y reafirmó la TERCERA POSICIÓN POLÍTICA, posibilitando así la consolidación de la línea independiente, enfrentada a los intereses de logias cristiano-marxistas modelo sandinista, y de CASTRO, portador de los postulados sinárquicos.
Esa línea (Moscú- La Habana – cristiano marxista según el sandinismo) es dinamizada por clérigos de MEDELLÍN, luego en PUEBLA, y en los “trabajos prácticos” de los talleres masónicos de la teología de la liberación, alentados por la izquierda católica, tercermundista, y congruentes como sabemos con la “integración socialista judeocristiana”, según una perspectiva RELIGIOSA, de indudable peligro para el destino de la Independencia americana o Segunda Independencia.

Por sobre la poderosa internacional (ver el Informe PELLECER denunciado en los centros de poder mundial), pero sin fundamento, es preciso recuperar el destino libre y emancipador de la NACIÓN AMERICANA, , cuyas únicas banderas de UNIDAD AMERICANA se fundamentan en la independencia política de las Naciones, en el ámbito de la justicia, de lo que depende el logro primordial de la riqueza de nuestros pueblos y la sana defensa de sus recursos y de su política constructiva y fundacional. Lo primero es entonces la SOBERANÍA POLÍTICA de cada nación americana, libres de tensiones dialécticas de los dos imperialismos y postura de los que sólo desean el paraíso terrenal judeocristianismo, por vía de la subversión armada o ideológica. Sólo con la soberanía política nacional de los Estados puede alcanzarse el imperio de la justicia, traicionando por las “castas” de la nueva oligarquía, comandadas por las megamultinacionales de los Chicago boys.

Sirva entonces de epílogo a este breve repaso, el verbo incomparable del Fundador de la Tercera Posición Política, en su mensaje del 23 al 26 de julio de 1972, reunido en Méjico, pues como decía el gran OSWALD SPENGLER: “Las verdaderas naciones son ideas”. Destacamos este párrafo significativo: “Sólo podremos tener un continente Latinoamericano LIBRE y SOBERANO, si somos capaces de formarlo con países también libres y soberanos. Pero la libertad y la soberanía no se discuten, SE GANAN. Todo depende de que nos pongamos en el camino de hacerlo con la más firme voluntad de lograrlo. En mi pueblo, este pensamiento está profundamente arraigado. Durante nuestro gobierno, la República fue libre y fue soberana, nadie metió en ella sus narices sin que llevara su merecido. Pero la gran SINARQUÍA INTERNACIONAL nos echó todo su poder encima y terminó por aplastarnos. De ello sale la más elocuente experiencia: un país puede liberarse dentro de sus fronteras con cierta facilidad; pero lo que no podrá hacer aisladamente, es consolidar esa independencia. De ello fluye la necesidad imprescindible de integrarnos e asociarnos, si queremos llegar un día a ser verdaderamente libres”.
“En el mundo del futuro – dice otro párrafo de este esclarecido documento – los países, especialmente si son débiles o pequeños, ya no podrán subsistir aisladamente. Los medios de comunicación y transporte han empequeñecido tanto la tierra, no sólo en el tiempo sino en el espacio, que hoy la vida de relación e interdependencia es de necesidad imprescindible para la propia existencia. Comencemos por unirnos los que estemos juntos y pertenecemos biológicamente a una misma especie, seguros de que esa unidad será duradera, porque obedece a leyes naturales permanentes. Ç
“Luego llegará la oportunidad y el momento, como también la posibilidad sin renunciamientos, de una integración mayor, que según todos los indicios puede producirse”.
(JUAN DOMINGO PERÓN, 20 de julio de 1972).

A contrario sensu: “QUEREMOS preservar los valores de la vida religiosa judía en el marco de la comunidad, compartiendo su búsqueda de paz y prosperidad. Deseamos que nuestro compromiso profético de justicia social y respeto mutuo sea una contribución efectiva. Como pueblo de Dios a la manera del Génesis, nos solidarizamos con nuestros hermanos de otras latitudes y de Medinat Israel. Con respecto al MESÍAS, la ERA MESIÁNICA llegará por iniciativa humana y como consecuencia de los esfuerzos emanados de todos los que se dedican a la realización de los valores de la religión”. (GERAD DANIEL, presidente de la UNIÓN MUNDIAL PARA EL JUDAÍSMO PROGRESISTA, véase Clarín, 18.8.81).

Editó Gabriel Pautasso
Diario Pampero Cordubensis nº 167

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