lunes, noviembre 10, 2008

Coronel Juan Bautista Thorne


Mis arreos son las armas,
Mi descanso es pelear;
Mi cama, las duras peñas;
Mi dormir, siempre velar.


1845 – 20 de noviembre – 2008

ROSAS, TRADICIÓN Y SOBERANÍA

CORONEL JUAN BAUTISTA THORNE


Nació en Nueva York, el 3 de marzo de 1807, su padre Enrique Thorne, ingeniero naval luchó por la independencia de Estados Unidos.
Juan Bautista Thorne conoció Buenos Aires en un viaje de instrucción y siendo cadete de una Escuela de Marinería. Como marino viajó mucho antes de establecerse definitivamente en un país, conoció las principales capitales europeas y hasta residió un tiempo en Brasil.
En 1825 se radicó definitivamente en Argentina, dos años después se incorporó en la Armada de nuestro país en calidad de Aspirante de 1ª. Sobre esta actitud de defender la soberanía argentina, solía afirmar… “soy argentino por simpatía, y por haber adquirido con mi sangre tan glorioso título…”
Entre sus muchos cargos, destinos, combates, heridas y cautiverio que cosechó y sufrió en la agitada epopeya de su vida. Sobre estos avatares solía expresar: “…Llevo en mi cuerpo las severas impresiones del plomo del Brasil, del plomo de la Francia, del plomo de la Gran Bretaña, y estos signos me hermosean a mi vista y estos signos me enorgullecen al contemplarlos…” intentaré reflejar algunos de los más destacados episodios.
Integró la tripulación de la corbeta de Guerra “Chacabuco”; defendió la región de Patagones combatiendo contra los invasores brasileños. En el transcurso de la guerra contra los imperiales cariocas fue herido y hecho prisionero por un lapso de un año en las hacinadas condiciones que le propinaba estar embarcado en un pontón en tan prolongado lapso. Recuperando su libertad a la finalización de la guerra, posteriormente ya libre se dedicó en 1829 al comercio naval.
En 1831 se reincorporó al servicio naval, al comienzo con el grado de Teniente y poco después era designado 2º Comandante del Bergantín-Goleta “General Balcarce”. Combatió a los unitarios en la Banda Oriental (Uruguay) y a las huestes de Lavalle en Entre Ríos.
De regreso en Buenos Aires fue recibido con honores y designado 2º Comandante del famoso Bergantín “Republicano”. En 1833 y como segundo al mando de la Goleta “Margarita” hizo la campaña al desierto a las órdenes del Jefe del ala izquierda de la expedición, Don Juan Manuel de Rosas. Thorne fue el primero que se internó, con su nave, en el extenso brazo del Río Colorado.

La guerra del Paraná

Luego de la Campaña al Desierto fue condecorado y ascendido a Comandante de la Goleta “Sofía”. Entre los años 1834 y 1835 comandó varias naves como la “Gral. San Martín”: “Patriota”; “Sarandí” y “Republicano”.
En 1837 fue enviado a custodiar la isla “Martín García” al mando de la goleta “Manuelita”.
En 1838 al ser atacada la isla por los franceses, Thorne comandó la artillería y la infantería en guerrillas. Junto a su jefe, el coronel Jerónimo Costa, derrocharon coraje y energía para defender la plaza sosteniendo una lucha desigual por desproporción en hombres y elementos que soportaron. La lid concluyó con la rendición de la Isla y la captura de ambos jefes que a su pedido fueron remitidos a Buenos Aires. El Comandante de la Armada francesa, Almte. Hipólito Daguenet tuvo la hidalguía de destacar por escrito, en comunicación a Rosas, el comportamiento de estos valientes.
Poco tiempo después Thorne se tomaría el desquite contra los franceses en las márgenes del río Paraná.
A las órdenes de Pascual Echagüe participó de la victoria en la batalla de Pago Largo, donde cayó muerto el jefe enemigo Genaro Berón de Astrada. En diciembre del mismo año y también con Echagüe al mando, comandó la artillería Federal en la batalla de “Cagancha”, siendo ascendido a Teniente Coronel en el mismo escenario de la lucha. En similares circunstancias combatió contra Lavalle en las batallas de “Don Cristóbal” donde los federales obtuvieron un rotundo triunfo en el otoño de 1840. Vuelve a chocar con la llamada “Legión Libertadora” en “Sauce Grande”, donde es herido de un lanzazo. Casi en convalecencia se enfrenta con contingentes franceses en Río Seco (Santa Fe).
El 1º de noviembre de 1840 es ascendido al grado de coronel, ya en 1841 sufre la derrota de Echagüe a manos de las fuerzas que comandaba José María Paz en la gravosa contienda de “Caaguazú”, donde nuevamente fue herido.
En 1842 retorna al servicio naval, esta vez a las órdenes del ilustre Almirante Guillermo Brown, para apoyar el bloqueo a Montevideo. Participa en la gloriosa jornada de la batalla de “Costa Brava”, en donde las fuerzas argentinas consiguen una trascendente victoria ante Giuseppe Garibaldi, conocido como “El chacal de los tigres anglofranceses” o simplemente “chacal pirata” a pesar de contar éste con el apoyo de galos y sajones.

Combate de la Vuelta de Obligado

En el marco de la llamada “Guerra del Paraná” descollará en la acción bélica más importante de esa contienda y me estoy refiriendo al “Combate de la Vuelta de Obligado” efectuado el 20 de noviembre de 1845, fecha que es designada como día de la “Soberanía Nacional”. En la misma actúa como jefe de la batería “Manuelita” – una de las cuatro emplazadas por Mansilla – que es la más expuesta por su posición, agreguemos que en todo momento se arriesgaba de manera temeraria, paseándose por toda la batería arengando a sus tropas y dirigiendo los disparos. Combatió heroicamente contra las fuerzas anglofrancesas que finalmente forzaron el paso. Thorne al permanecer, como era su costumbre, en la primera línea de batalla, sufrió gravísimas heridas. Las esquirlas de una granada le fracturó un brazo y parte del cráneo, derribado por el impacto del proyectil se incorporó prestamente afirmando “…no ha sido nada…” sin embargo había quedado sordo para siempre y con secuelas en su brazo. Desde entonces recibió el apodo de “El sordo de Obligado”.
Repuesto de sus heridas fue nombrado Comandante en Jefe de la costa del Río Paraná. Defendió esas costas en 1846, contra la misma flota anglofrancesa que regresaba de Paraguay, participando de las batallas y escaramuzas designadas como “San Lorenzo”; “El Quebracho”; “Acevedo”; “El Tonelero” y otras. En uno de estos encuentros recibió una profunda herida en el hombro izquierdo que con frecuencia le paralizaba el brazo.
A la caída de Rosas le fue dada la baja absoluta de las fuerzas militares. En mayo de 1852 solicitó y obtuvo su incorporación al “Cuerpo de Inválidos de Buenos Aires”. Pasó a comandar la artillería confederada a las órdenes del coronel Hilario Lagos que puso sitio a Buenos Aires. Los porteños no se lo perdonarían y sin condenas le aplicarían un ostracismo encubierto y lo sumirían en la miseria desconociendo los servicios prestados al país.
El Coronel Juan Bautista Thorne fallece pobre y olvidado en Buenos Aires el 1º de agosto de 1885, en su casa de calle Tucumán 1482, en Buenos Aires, siendo las 7 de la mañana del mencionado día. Dejando viuda a Doña María Abad que lo sobrevivió hasta 1929, casi nonagenaria.

Prof. Lic. Carlos Pachá
Presidente Historia y Patria
Córdoba Argentina


El eximio poeta Héctor Pedro Blomberg en su brillante obra “Cantos Navales Argentinos”, le dedicó un poema a Juan Bautista Thorne que tituló:

LAS NAVES ROJAS DE LA FEDERACIÓN

Rojos son las mesanas y los trinquetes,
Las cureñas, las bandas; rojas, sangrantes,
Las camisas que llevan los tripulantes,
Desde los condestables a los grumetes,
Y usan galones rojos los comandantes,

Allá van por las aguas del patrio río,
Clavados en el mástil los pabellones:
En el puente de cada rojo navío
Se oye la voz de un “cielo” ronco y bravío,
Junto a la negra boca de los cañones.

Son las goletas rojas de Costa Brava,
Son las que respondieron en Obligado
Al clamor iracundo que las llamaba
Para batir la flota que navegaba
El Paraná invadido y ensangrentado.

¡Bergantines de Thorne! La voz del viento
Dice en la arboladura la copla errante
Que recuerda en su recio y extraño acento
Aquellas que en el viejo puente sangriento
Se oían en los tiempos del Almirante.

Con sus rojas banderas en la mesana,
Allá van sus bravías tripulaciones:
“Federación o Muerte”, se oye, lejana,
La canción que cantaban en la mañana
Junto a la negra boca de los cañones.

ROSAS, TRADICION Y SOBERANÍA

DÍA DE LA SOBERANÍA: 1845 – 20 de noviembre – 2008

Texto del conocer dado a publicidad por el Instituto con motivó de cumplirse el 20 de noviembre un nuevo aniversario del combate de la Vuelta de Obligado:

“Ante un nuevo aniversario del glorioso combate de Vuelta de Obligado, en el cual se batieron honrosamente en defensa del honor y la soberanía de la Patria las fuerzas de la Confederación Argentina al mando del General LUCIO MANSILLA contra las fuerzas coaligadas del imperialismo anglo-francés, el Instituto “Juan Manuel de Rosas” de Investigaciones Históricas se dirige al pueblo de la República recordando la acción de aquellos héroes que hace 109 años enfrentaron con valentía a un enemigo superior en número y armamentos que dejaron su sangre y rindieron su vida en el histórico paraje, y que legaron a las generaciones un ejemplo vivo de honor y de sacrificio respondiendo de manera magnifica a las directivas terminantes del jefe de la Confederación. Brigadier General don JUAN MANUEL DE ROSAS, de cuya suprema energía fueron digna réplica la bravura de MANSILLA, THORNE, ALZOGARAY y tantos otros soldados que debieron hasta lo último la posición argentina, llenándose y llenándonos de gloria”. (Boletín del Instituto Juan Manuel de Rosas, Año VIII, diciembre 1954 – Julio 1955, nº 21, 22, director JOSÉ MARÍA ROSA (+)


Al General PERÓN dirigió una nota el Instituto J. M. ROSAS

AL EXCMO. SEÑOR PRESIDENTE DE LA NACIÓN, GENERAL D. JUAN PERÓN
S/D.

Los abajo firmantes, en nombre y representación del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel DE Rosas, se dirigen respetuosamente a V. E. para solicitarle sea oficialmente declarado “DÍA DE LA SOBERANÍA NACIONAL” el 20 de noviembre, año de la Soberanía Nacional”, aniversario del combate de Obligado.

Por su naturaleza y magnitud la celebración de ese glorioso acontecimiento histórico, se presta como ninguno para reafirmar, año tras año, la irrevocable vocación y la inquebrantable voluntad argentina de soberanía.

En efecto, por primera vez y hasta entonces, la República legalmente constituida y reconocida, debía hacer frente, con las armas en las manos, al impúdico ataque de las dos más poderosas potencias de las dos más poderosas potencias del orbe. El imperialismo, que ya mostraba sus garras codiciosas, no había perfeccionado los matices para de tratar de justificar sutilmente su injustificable intromisión y aunque ya se valía de traidores y sobornaba voluntades, no se preocupaba por disfrazar el brutal el brutal atropello que realizaba con sus fuerzas y sus banderas.

La acción de Obligado, por su importancia y por su simbolismo es un hecho cumbre de esa contienda, que el Libertador SAN MARTÍN calificara con justicia al afirmar era “de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de la España”.

Frente a la abrumadora desproporción de los elementos de combate, cierra el paso del río una vieja cadena. Un día entero de lucha hasta agotar las municiones, sin esperanza de victoria, son testimonio evidente del coraje argentino. Es que saben nuestros hombres que por encima del triunfo o de la derrota, está la causa por la que se lucha que en este caso, por ser santamente justa, es invencible.

El eco glorioso de los cañones de Obligado, resonando en las aguas argentinas del Paraná es poderoso incentivo para concitar a nuestras juventudes en la fervorosa recordación de nuestro pasado para defensa de nuestro porvenir.

Hacemos este pedido a un gobierno que ha hecho de la soberanía política uno de sus victoriosos objetivos, porque creemos que al honrar la memoria de los que regaron con su generosa sangre criolla los campos de OBLIGADO, uniendo su recuerdo a la exaltación de nuestro sentimiento de Soberanía se concretaría el homenaje que la Nación aun le debe a esos héroes.

CIELITO FEDERAL

Cielito de luz gritaba
Cielito de Juan Manuel.
Federales que pelean
Con la punta de clavel.

En Vuelta de Obligado
Batióse al diablo invasor
Y un cielito soberano
Redobló sobre el tambor.

Cielito del Tonelero.
Cielito de sangre real.
Cielito de luces azules:
El mirar de Juan Manuel.

La Nación te canta fuerte,
Cielito de Juan Manuel.
Juan Manuel está llegando
Y el país lo quiere. AMÉN.


FERMÍN CHAVEZ


ROSAS y la UNIVERSIDAD

Fue Rector durante la mayor parte del gobierno de ROSAS, el Dr. PAULINO GARI, teólogo y civilista de nota, que se desempeñó desde 1833 hasta su fallecimiento acaecido a fines de 1849. A GARI le sucedió el Dr. MIGUEL GARCÍA, canónigo, que conservó el cargo hasta el 26 de junio de 1852 – cuatro meses después de Caseros-Monte Palomar – en que fue declarado cesante. El Dr. GARI actuó también como Presidente de la Junta de Representantes, desde 1840 hasta la caída de ROSAS.

Durante esta época se desempeñaron en calidad de profesores, brillantes personalidades, cuyos nombres permanecen desconocidos en muchos casos, por el manto de la conspiración del silencio con que se ha pretendido cubrir este período de la historia patria. No fueron “curanderos” y “pleitistas”, como afirma ligeramente el liberal y unitario RAMOS MEJÍA, sino catedráticos de envergadura.

Citaremos, entre otros, en el Departamento de Medicina, al Dr. JOSÉ FUENTES ARGUIBEL – que fue profesor desde 1829 hasta 1852 -: el Dr. CLAUDIO MAMERTO CUENCA, médico y poeta, que fue muerto cobardemente en la Batalla de Caseros-Monte Palomar, cuando se desempeñaba en el hospital de sangre; el Dr. FRANCISCO JAVIER MUÑIZ, cuyo nombre lleva hoy policlínico de Buenos Aires; el Dr. FRANCISCO DE PAULA ALMEIRA, etc. En la facultad de jurisprudencia revistaron el Dr. RAFAEL CASAGEMAS y el Dr. JOSE LEÓN BANEGAS, ambos de revelante actuación.
Todos ellos fueron patriotas sinceros, como lo estudia el Profesor JORGE MARIA RAMALLO, que tuvieron encendida la llama de la cultura en la Universidad de Buenos Aires, en una época difícil, en que los enemigos de afuera y las acechanzas no hacían el clima más propicio por cierto, para que la juventud se inclinase a los estudios universitarios.
En torno a estos profesores se formaron los hombres que habrían de distinguirse más tarde en las distintas esferas de la actividad pública nacional.

¿QUIÉNES FUERON LOS DIPUTADOS QUE ACTUARON EN LA LEGISLATURA DEL GENERAL ROSAS?

Resulta interesante saber quiénes fueron los “bárbaros” y “sanguinarios” representantes del pueblo argentino que en ejercicio colaboraron decididamente con el gobierno del General ROSAS y prestárosle todo su apoyo en defensa de la soberanía, el honor, y la integridad del país. Damos a continuación una nómina parcial de los referidos representantes, por orden alfabético:
Arana, Dr. Felipe, Anchorena, Felipe, Escalada Obispo Mariano, Ezcurra, José María, García, Dr. Miguel, Presidente desde 1839, González, Cnel Vicente, Hernández, Pablo, Irigoyen, Manuel, Lahite, Dr. Eduardo, Medrano, Dr. Pedro, López y Planes, Vicente, Maza, Dr. Manuel Vicente, Mansilla Gral. Lucio, Pinto Gral. Manuel G., Piñeiro, Francisco, Pacheco, Gral. Ángel, Pinedo, Gral. Agustín, Rolón, Cnel. Mariano B. , Rosas, Cnel. Prudencio, Roxas y Patrón, José Ma., Sáenz Peña, Dr. Roque, Soler, Gral. Miguel Estanislao, Terrero, Juan Nepomuceno, Terrero, Can. José María, Unzué Saturnino, Urquiza, Juan José, Vidal Cnel. Celestino, Vela, Pedro José, Ximénez, Eustanujo.


ELOGIO DEL HÉROE

Nació de padre prócer en mujer principal. Era hijo de la tierra, blanco por los cuatro costados y criollo de punta a punta, sin mezcla de mulatos democráticos ni de economistas ingleses, como se llamaba entonces a los rufianes del librecambio.
Así aprendió a querer a la Patria, eternamente niña, en un noviazgo infantil, como de primo a prima.
Por eso el niño-caballero acudió alborozado a la defensa de la Patria que, asustadiza y valiente, se debatía frente a la prepotencia del pirata inglés.
Por eso, porque Inglaterra y Francia – la Inglaterra hereje y la Francia masónica – eran las eternas enemigas de nuestro imperio del sur, por eso enderezó sus cañones contra ellas, y, a falta de otras balas, los cargó de piedras para oponerles una respuesta de piedra.
Por eso, por Señor argentino, menudeo azotes y prisiones contra los conspiradores que pretendían poner a la Patria bajo el protectorado del Rey Guardachanchos.
Por Señor, fue para los altivos azotes y padre para los humildes, porque señor de su señorío de amor, tenía esa fina conciencia, esa fina complacencia, ese fino orgullo propio de los verdaderos señores que practican una sana demagogia aristocrática; la demagogia indispensable para gobernar caritativamente, con un claro sentido paternal del poder.
Por Señor, impuso su señorío y fue caudillo de caudillos; no el dominador, sino el primero entre sus iguales; no por el derecho de la fuerza, sino por derecho de primero, porque nació para primogénito en todo.
Por Señor, no por pelear, sino por no discutir, prefirió, abandonando de los demás, antes que comprometer a sus leales, acogerse al destierro y, derrotado, pero no vencido, entregar sus últimos años a la tristeza del asilo inglés.
Por Señor, el Señor de la Campaña, así lo hizo, muriendo en la más enemiga isla, como aquel otro capitán que le legó su sable para que nadie se atreviera a discutirle héroe.
Sus hombres le llamaban Don JUAN MANUEL, con nombre de señor rural hecho a domar potros en la pampa absoluta y de infante hecho a cazar estrellas con halcones.

IGNACIO B. ANZOTEGUI (fragmentos).

Editó Gabriel Pautasso
DIARIOPAMPERO Cordubensis
,
Córdoba de la Nueva Andalucía, 10 de noviembre de 2008. Cátedra: Juan Bautista Thorne.

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